El
Arzobispo de Caracas, invita a celebrar la Navidad a pesar de los "tiempos oscuros", y sugiere luchar en pro del bien común, y sin dejarse
llevar por la violencia, el odio o el rencor
Ramón Antonio Pérez/Aleteia Venezuela | Dic 13, 2017
“La
Navidad es una fiesta religiosa. Es la fiesta de la manifestación de la
misericordia y de la bondad de Dios, nuestro amoroso Padre celestial, que ‘¡tanto
amó al mundo que le entregó su Hijo único, para que todo el que crea en Él
tenga vida y vida abundante!’.
De
esta manera el cardenal Jorge Urosa Savino define la celebración del Nacimiento
de Jesús, al tiempo que invita a celebrar este importante acontecimiento, según
expresó a través del Mensaje de
Navidad: Luz en las Tinieblas, difundido este 12 de diciembre, y enviado desde la Arquidiócesis
de Caracas.
Urosa explica
qué es la Navidad
“Al
festejar el cumpleaños de Jesús lo hacemos con profunda fe en el amor infinito
de Dios, que ha querido hacernos hijos suyos, discípulos de Cristo y miembros
de la Santa Iglesia Católica para abrirnos las puertas del cielo; para darnos
la salvación y la felicidad eternas”, dice el mensaje navideño.
“Navidad
es luz en las tinieblas”, argumentó afianzado en el Evangelio de San Juan. “A
pesar de la oscuridad que nos rodea, celebremos la Navidad, llena de la luz de
Cristo, reafirmando nuestra fe en el amor de Dios, participando en los actos
religiosos, y festejando sobriamente, en familia, la venida del Niño Dios a
nuestras vidas”, añadió.
Igualmente
expresó que Navidad es la luminosa y alegre manifestación de la inmensa bondad
de Dios. “Recibamos sus dones de amor y salvación con un corazón abierto, y
seamos constructores de la paz en medio de nuestros hermanos”.
Exhortó
a que no falte en ningún hogar el Nacimiento, “así sea sencillo y humilde”.
Además, invitó a la celebración eucarística el 25 de diciembre y el 1 de enero,
“recibiendo los sacramentos de la Reconciliación y la Comunión”, y “abriendo
nuestros corazones a los pobres, y llevando alegría a nuestros semejantes”.
Con los pies
en la realidad del país
El
arzobispo de Caracas reconoció que en Venezuela se viven tiempos muy difíciles,
hasta el punto de que algunos dicen que no se puede celebrar la Navidad.
“Ante
esa afirmación derrotista nosotros, los católicos, sentimos que hoy, más que en
otras ocasiones, en estos tiempos oscuros, es preciso celebrar la Navidad”, señaló.
Urosa
describe estos tiempos que se viven en Venezuela como “duros, de penuria,
angustia e incertidumbre”, no obstante, invita “a renovar la vivencia de la fe”
para acoger y anunciar “la paz que Cristo, Rey pacífico, vino a comunicar” a
los hombres.
“Las
circunstancias actuales de grave crisis política, económica y social, nos
exigen a todos los cristianos, independientemente de nuestras simpatías políticas,
el trabajar activamente por la paz”, sostiene en su mensaje.
“Debemos
luchar activamente en defensa de nuestros derechos, en pro del bien común, en
favor de los grandes valores de la libertad, la justicia y el progreso, pero
sin dejarnos llevar nunca por la violencia, el odio o el rencor”, demandó.
Con las
víctimas de la violencia. Para el
cardenal Urosa este es un momento muy grave y duro en la historia del país. “Para
que haya paz entre nosotros es preciso que se imponga en todos los corazones la
necesidad de respetarnos mutuamente: de respetar y defender los derechos del
pueblo, de respetar las opiniones de los demás”, propuso.
También
llamó a ser solidarios con los más pobres y necesitados, intenciones por las
cuales “hemos de orar fervientemente en este tiempo de preparación a la fiesta
navideña, que debe ser para cada familia, para cada uno de nosotros, una
oportunidad de crecer en el amor, en la esperanza, en la fe en Dios vivo y
presente en nuestra historia”.
Finalmente
manifestó su solidaridad con quienes tienen un luto reciente, las víctimas de
la violencia, los que pasan hambre, presos y enfermos, “quienes se sienten
solos y abandonados” y “los que sufren”. A todos impartió su “afectuosa
bendición episcopal” y deseó “una Navidad muy feliz y un año 2018 lleno de
abundantes bendiciones".
A
continuación el mensaje Completo:
NAVIDAD: LUZ EN LAS TINIEBLAS
Mensaje
de Navidad
+Jorge
L. Urosa Savino, Cardenal Arzobispo de Caracas
Caracas,
12 de diciembre de 2017
A los venerables sacerdotes y diáconos, a
las religiosas y religiosos y a todos los fieles de la Arquidiócesis de Caracas:
Salud y Bendición en el Señor.
Mis queridos
hermanos:
Vivimos en Venezuela
tiempos muy difíciles, hasta el punto de que algunos dicen que no se puede celebrar la Navidad. Ante esa afirmación derrotista nosotros, los
católicos, sentimos que hoy, más que en
otras ocasiones, en estos tiempos oscuros, es preciso celebrar la Navidad.
Porque la Navidad,
mis queridos hermanos, no es un carnaval, una fiesta sin sentido ni causa. Es
la celebración del amor de Dios manifestado en Nuestro Señor Jesucristo, rostro
de la misericordia del padre. Por esto, en
estas semanas de Adviento nos preparamos
para celebrar con alegría la venida de
Jesús el Señor, el Hijo de Dios hecho carne, a nuestra realidad humana. La
Navidad es una fiesta religiosa. Es la fiesta de la manifestación
de la misericordia y de la bondad de Dios, nuestro amoroso Padre
celestial, que “¡tanto amó al mundo que le entregó su Hijo único, para que todo
el que crea en Él tenga vida y vida abundante!” (1)
La Navidad es la celebración del nacimiento de Jesús de Nazaret,
Dios y hombre verdadero, nuestro hermano, redentor y salvador, el Alfa y Omega
de la historia y de la humanidad. Al
festejar el cumpleaños de Jesús lo hacemos con profunda fe en el amor infinito
de Dios, que ha querido hacernos hijos suyos, discípulos de Cristo y miembros
de la Santa Iglesia Católica para abrirnos las puertas del cielo; para darnos
la salvación y la felicidad eternas.
Por estas razones es tan hermosa la Navidad. El cántico de los
ángeles en Belén reveló a los pastores la finalidad del nacimiento del Niño Dios: “Gloria a Dios
en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el señor” (2). Cristo nace
en Belén para dar gloria a Dios y para traer paz alegría y felicidad a los seres humanos. Por esa razón nos
llenamos de gozo y esperanza aun en medio de
dificultades. Y debemos convertirnos y prepararnos con un corazón
renovado a recibir a Jesús en nuestras vidas, en nuestra existencia diaria, y
particularmente en cada familia.
Precisamente en estos
tiempos duros, de penuria, angustia e incertidumbre, es preciso renovar la vivencia de nuestra fe, para acoger y comunicar la paz que Cristo, Rey
pacífico, ha venido a comunicarnos. Las
circunstancias actuales de grave crisis política, económica y social, nos
exigen a todos los cristianos, independientemente de nuestras simpatías
políticas, el trabajar activamente por la paz. Debemos luchar activamente en defensa
de nuestros derechos, en pro del bien común, en favor de los grandes valores de la libertad,
la justicia y el progreso, pero sin dejarnos llevar nunca por la violencia, el
odio o el rencor.
Sin duda alguna
este es un momento muy grave y duro en la historia del País. Para que haya paz
entre nosotros es preciso que se imponga en todos los corazones la necesidad de
respetarnos mutuamente: de respetar y
defender los derechos del pueblo, de
respetar las opiniones de los demás. Hemos de ser solidarios con los más
pobres, y compartir nuestros bienes con los necesitados. Por estas intenciones
hemos de orar fervientemente en este tiempo de preparación a la fiesta
navideña, que debe ser para cada familia, para cada uno de nosotros, una
oportunidad de crecer en el amor, en la esperanza, en la fe en Dios vivo y
presente en nuestra historia.
Queridos hermanos: Navidad es luz en las tinieblas (Cfr.
Jn 1, 5). A pesar de la oscuridad que nos rodea, celebremos la Navidad, llena de la luz de Cristo,
reafirmando nuestra fe en el amor de Dios, participando en los actos religiosos, y
festejando sobriamente, en familia, la
venida del Niño Dios a nuestras vidas. Que no falte en ningún hogar el
Nacimiento, así sea sencillo y humilde. Participemos activamente acudiendo a la
celebración eucarística el 25 de diciembre y el 1 de enero, recibiendo los
sacramentos de la Reconciliación y la Comunión, abriendo nuestros corazones a
los pobres, y llevando alegría a nuestros semejantes.
Navidad es la luminosa y alegre manifestación de la inmensa
bondad de Dios. Recibamos sus dones de amor y salvación con un corazón abierto, y seamos
constructores de la paz en medio de nuestros hermanos.
Manifiesto mi más viva solidaridad con quienes tienen un
luto reciente, con las víctimas de la
violencia, con los que pasan hambre,
los presos y los enfermos, con quienes se sienten solos y abandonados, y con todos los que sufren,
Con mi afectuosa bendición episcopal les deseo
una Navidad muy feliz y un año 2018 lleno de abundantes bendiciones
celestiales.
+Jorge L. Urosa Savino
Cardenal Arzobispo de Caracas
_________________________________________
Agradezco
a los sacerdotes y diáconos leer ese mensaje en todas las Misas del
próximo fin de semana. En las Escuelas Católicas en todas las aulas en la
primera oportunidad.
Notas: 1. Cfr. Juan 3, 16
2. Lucas, 2,14
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