¡FIESTA de La Chinita! Cardenal Urosa: Los venezolanos son cada vez más pobres


El arzobispo de Caracas pidió a las autoridades resolver el problema de la inflación por ser uno de los grandes males de Venezuela; también invitó a los cristianos trabajar por los más pobres

Ramón Antonio Pérez // @GuardianCatolic
Fotos Cortesía: Luis Bravo /Panorama
Maracaibo, 19 NOVIEMBRE 2017

Dos fechas importantes celebró la Arquidiócesis de Maracaibo este sábado 18 de noviembre: el 308 aniversario de la Renovación del Retablo de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá y el 75 aniversario de su Coronación, siendo en esta ocasión, el Cardenal Jorge Urosa Savino, el invitado para presidir la celebración religiosa.

El mensaje del arzobispo de Caracas tuvo dos orientaciones tanto para la feligresía reunida en la plazoleta “San Juan de Dios” de Maracaibo, como para el resto de los venezolanos. Primero habló de la veneración a la Madre de Dios, bajo la advocación de La Chinita; luego, de la realidad venezolana en el marco de la Jornada Mundial de los Pobres, convocada por el Papa Francisco para el domingo 19 de noviembre.

El servicio o “la caridad” es un rasgo distintivo de los seguidores de Jesucristo, porque “la devoción a María no puede ser solo acudir a una fiesta, tiene que manifestarse en la práctica viva de los diez mandamientos… pues la caridad es la reina, la más importante de las virtudes, y la Chinita se destacó por vivir esa gran virtud”, indicó.

María es sin duda, ejemplo vivo, reina de la caridad. Lo cual es para nosotros un ejemplo y una motivación”, precisó en medio de la abarrotada plazoleta marabina.

Los pobres son más…

Respecto a la Jornada Mundial de los Pobres, explicó que con ella “ha querido el Papa destacar el compromiso de cada uno de nosotros los fieles cristianos católicos de ayudar a nuestros hermanos pobres, que son la gran mayoría de la humanidad”.

Indicó que Francisco también ha querido destacar la necesidad de amarse de verdad, con los hechos y no solamente de palabras.

“Que vayamos al encuentro de los necesitados (…) más aún en estos tiempos difíciles que vivimos en Venezuela, cuando la inflación es cada vez más alta y por esa razón somos todos cada vez más pobres, cuando faltan los alimentos y las medicinas, cuando no hay repuestos y los que hay tienen precios altísimos”, denunció Urosa.

Llamó a practicar la solidaridad “con nuestros hermanos, y especialmente con aquellos más golpeados por estas carencias: los desempleados, los niños los ancianos, la gente en situación de calle e indigentes, los que comen de la basura, los que no tienen cómo alimentar a sus hijos, por lo cual hay cada vez más niños desnutridos en nuestro país”.

De igual manera, indicó que esta Jornada mundial de los pobres “nos debe llevar a tomar conciencia de la necesidad de trabajar orquestadamente" -como comunidad eclesial, sociedad civil, grupos organizados y funcionarios de gobierno- "para erradicar el flagelo de la miseria, de la pobreza extrema, y para propiciar las condiciones para que todos los venezolanos salgan de la pobreza".

Agradecimientos eclesiales mutuos

El cardenal Jorge Urosa Savino agradeció al arzobispo de Maracaibo, monseñor Ubaldo Santana, por la invitación a presidir la fiesta de la fe zuliana, destacando “la acertada iniciativa de consagrar  la Basílica como santuario arquidiocesano”.

Por su parte, el arzobispo de Maracaibo, monseñor Ubaldo Ramón Santana Sequera, recordó a las autoridades regionales y nacionales, así como a la dirigencia política, la tarea de hallar soluciones a los más necesitados.

Pidamos a la Chinita que nos dé fuerzas para trabajar por nuestra Iglesia y por nuestro pueblo”, dijo Santana. De igual manera, agradeció a su amigo, el cardenal Urosa Savino, por oficiar esta misa en honor a la Virgen de la Chiquinquirá.


A continuación la homilía íntegra del Cardenal Urosa:

 ¡DIOS TE SALVE, REINA Y MADRE DE MISERICORDIA!

Homilía en la Solemnidad de N. Sra de Chiquinquirá,
Maracaibo, 18 de noviembre de 2017
+Jorge L. Urosa  Cardenal Arzobispo de Caracas

¡Dios te salve, Reina y madre de Misericordia!

Con esas palabras queridos hermanos, iniciamos esa bellísima plegaria a María Santísima de Chiquinquirá que todos los católicos conocemos como la Salve. En ellas destacamos su reinado por la grandeza de su amor de su viva caridad, y su inmensa misericordia maternal, manifestada a su Hijo Jesucristo, y a cada uno de nosotros.

LA FIESTA FILIAL

Hoy, en esta solemnísima y festiva celebración, que expresa la fe cristiana del pueblo zuliano, festejamos la inmensa caridad, el amor maternal de María Santísima, que es precisamente lo que motiva la inmensa devoción del pueblo venezolano a María Santísima, y la extraordinaria devoción de los zulianos a ella en la advocación de la Chiquinquirá.
Agradezco de corazón a S.E. mi querido hermano y amigo de más de 50 años, Mons. Ubaldo Sanana, la gentil invitación a presidir y acompañar esta comunidad de fieles que jubilosos damos todos gracias a Dios por Jesucristo nuestro Divino Redentor, Rey de reyes y Señor de los Señores, y su madre amorosa, la reina de los zulianos, y madre de misericordia, María santísima de Chiquinquirá. He podido venir expresamente en esta festiva ocasión, cuando Mons. Santana ha decidido, en el 75 aniversario de la coronación de la reliquia de la Chinita, declarar a la Basílica Santuario mariano del Zulia. Felicitaciones por esa acertada iniciativa, que querido Mons. Santana! Felicitaciones a todos Ustedes, queridos hermanos, por su fe católica y su amor y devoción a María de Chiquinquirá, nuestra querida Chinita. Y esa devoción, por supuesto, debe llevarnos a todos nosotros a ser cada vez mejores. A vivir a fondo la fe cristiana, a practica los diez Mandamientos de la Ley de Dios, a vivir a cabalidad como católicos en nuestra familia, dejando a un lado el desorden, el libertinaje afectivo sexual, qué tanto daño hace al pueblo venezolano, en particular a la mujer y al niño. Que esta celebración renueve y fortalezca nuestra devoción a la Chinita, y que se robustezca e intensifique nuestra vida cristiana con el cumplimiento de los Diez Mandamientos de la Ley de Dios.

REINA DE LA CARIDAD

Cuando estaba preparando esta Homilía, mi querido hermano Ubaldo me indicó, que el tema de la fiesta de la Chinita de este año es la caridad de María. También algo muy acertado, pues la caridad es la reina, la más importante de las virtudes, y la Chinita fue destacada, se destacó por vivir esa gran virtud. Acabamos de escuchar el hermoso relato que nos hace San Lucas de la visitación de María a su prima Santa Isabel. Ella, que ya estaba embarazada por obra y gracia del Espíritu Santo, sabiendo que su prima Santa Isabel tenía por su avanzada edad un difícil embarazo, se dirigió presurosa a acompañarla y prestarle su apoyo en esas semanas difíciles. De esa manera ella nos dio ejemplo de caridad viva con los necesitados. Ese acto de caridad viva de María fue la ocasión para que Isabel, movida por el Espíritu Santo reconociera en ella la madre del Mesías. Y alabara su fe: “Dichosa tu que has creído, porque lo que te ha dicho el Seño, se cumplirá”. Permítanme, queridos hermanos, señalar que esa felicidad de María la compartimos también nosotros los cristianos, pues como ella hemos sido bendecidos con el don de la fe: “El que me sigue no camina en tinieblas, sino tendrá la luz de la fe”. Queridos hermanos: Les pido que en este momento le demos todos gracias a Dios por el don de la fe, que nos conduce a la felicidad: Dichosa tu que has creído. Digamos todos: Gracias, Señor, Gracias.
Pero la caridad de María se manifestó también en las Bodas de Caná, cuando comenzó a faltar vino en la fiesta y ella movió a su Divino Hijo, Nuestro Señor Jesucristo a proporcionar milagrosamente el vino necesario para la celebración.
Allí ella nos da otra enseñanza, al decir a los mesoneros: refiriéndose a Nuestro Señor: Hagan lo que Él les diga” También nos lo está diciendo a nosotros hoy: Hagamos lo que nos diga Jesucristo, cumplamos su Palabra, que es palabra de vida eterna.
María es sin duda, ejemplo vivo, reina de la caridad. Lo cual es para nosotros un ejemplo y una motivación. También nosotros, queridos hermanos estamos llamados a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, más aún, como Cristo mismo nos amó. Y esto significa que hemos de comprometernos a ayudar al necesitado, al desposeído, al que sufre y llora, al que se encuentra triste y abandonado, al pobre y al menesteroso.

JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES

También es una feliz coincidencia que mañana, por decisión del papa Francisco, la iglesia en el mundo entero celebrará por vez primera la JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES. Con ella ha querido el Papa destacar el compromiso de cada uno de nosotros los fieles cristianos católicos de ayudar a nuestros hermanos pobres, que son la gran mayoría de la humanidad. En su mensaje con esta ocasión, el Papa ha querido destacar la necesidad de que amemos de verdad, con las obras, no de palabra solamente. Que vayamos al encuentro de los necesitados. Y esto es muy necesario siempre, pero más aún en estos tiempos difíciles que vivimos en Venezuela, cuando la inflación es cada vez más alta y por esa razón somos todos cada vez más pobres, cuando faltan los alimentos y las medicinas, cuando no hay repuestos y los que hay tienen precios altísimos. Pues bien: es preciso que todos seamos solidarios con nuestros hermanos, y especialmente con aquellos más golpeados por estas carencias: los desempleados, los niños los ancianos, la gente en situación de calle e indigentes, los que comen de la basura, los que no tienen cómo alimentar a sus hijos, por lo cual hay cada vez más niños desnutridos en nuestro país.
Esta Jornada mundial de los pobres es un llamado a que todos y cada uno de nosotros, a ejemplo de María, Madre de Misericordia, seamos generosos, amables, solidarios, más aún, misericordiosos, con los pobres, con los necesitados, con los afligidos, con los que necesitan que seamos amables y buenos con ellos. Esta Jornada Mundial de los pobres nos debe llevar a tomar conciencia de la necesidad de trabajar orquestada mente, como comunidad e eclesial, como sociedad civil, como grupos organizados, y como funcionarios de gobierno, quienes lo sean, para erradicar el flagelo de la miseria, de la pobreza extrema, y para propiciar las condiciones para que todos los venezolanos salgan de la pobreza.
En 1979, en la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe en Puebla, México, la Iglesia en América Latina declaró hacer la opción preferencial, no exclusiva ni excluyente, por los pobres. Y esto es importante que lo recordemos los católicos, especialmente los religiosos y ministros del altar. Y que actuemos en consecuencia, acogiendo a los pobres, trabajando con ellos, acompañándolos en sus barriadas, compartiendo sus sufrimientos, y apoyándolos en la defensa de sus derechos. Esto es un deber que no podemos soslayar.

CONCLUSION

¡Dios te salve reina y madre de misericordia!

Mis queridos hermanos:
En esta celebración proclamemos de nuevo nuestra fe en Cristo, Rey de reyes y señor de los Señores, hijo de Dios hecho hombre, Dios como el Padre y el Espíritu Santo. Y proclamemos nuestra viva fe en la grandeza de María, madre de Dios y madre nuestra, a la cual imploramos confiadamente como reina y madre de misericordia.
Que esta santa Eucaristía fortalezca nuestra fe, pero sobre todo nuestro compromiso, nuestra voluntad de seguir a Cristo e imitar a María en el cumplimiento de la Palabra de Dios, de la voluntad de Dios.
Que nos acojamos a su misericordia, para poder seguir siempre a Jesús. Que la imitemos en su fe y amor a Dios, y en la práctica de la misericordia con los más pobres. Que vivamos a fondo nuestra condición de devotos de la Chinita, con una devoción sólida, auténtica, concreta, que nos lleve a la felicidad. Recodemos las palabras de Jesús: “Dichosos serán los que escuchen la palabra de Dios y la cumplan” (Lc 11,28).
Mis queridos hermanos: que Dios nos bendiga: que bendiga a Maracaibo y al Zulia, a su Iglesia y a sus pastores y religiosos; a sus familias, a sus niños y jóvenes. Que Dios bendiga, fortalezca y ayude a los pobres! Que bendiga a Venezuela, de manera especial, con un incremento de nuestra fe. Y que en estos momentos de aguda crisis del país, nos ayude a todos los venezolanos a resolver nuestros actuales conflictos de manera pacífica!

Que viva Jesucristo! Que viva la Chinita. Que viva la Iglesia, Que viva el Papa, Que viva Venezuela. Amén.


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