Durante la audiencia de este miércoles habló de la educación, como vocación
natural de la familia, y alertó a las familias: “Cuidado con los expertos que pretenden sustituir a los padres”
Ramón
Antonio Pérez / @GuardianCatolic
La educación de los hijos, como vocación natural de la
familia, ha sido el tema de la catequesis del Papa Francisco durante la
audiencia general de este miércoles 20 de mayo en la Plaza de San Pedro a la
que asistieron más de 25.000 personas, reporta el Servicio Vaticano de
Información (VIS, por sus siglas en inglés).
Francisco citando las palabras de San Pablo a los Colosenses:
‘‘Hijos,
obedeced a vuestros padres porque esto agrada al Señor. Padres, no exasperéis a
vuestros hijos, para que no se desalienten”, hizo hincapié en la
obligación de los padres de acompañar paso a paso a sus hijos, sin exigir de
ellos cosas imposibles para no aplastarlos, resalta la nota de prensa.
Después habló de las dificultades de los padres y
madres que pueden ver a sus hijos solo a última hora del día, cuando vuelven a
casa cansados del trabajo. “Los que tienen la suerte de tener trabajo”
-añadió- y se refirió también a la situación todavía más crítica de los
separados invitándolos a no hacer recaer sobre los hijos sus diferencias.
Recordó que la familia ha sido acusada entre otras
cosas, de dañar a las jóvenes generaciones con el autoritarismo, el conformismo
o la represión afectiva que genera conflictos. “De hecho -dijo- entre la
familia y la sociedad se ha abierto una brecha que socava la confianza mutua y
la alianza educativa entre una y otra ha entrado en crisis”.
“Los síntomas son muchos”, explicó durante la
catequesis. “Por ejemplo, en la escuela se ha estropeado la relación entre los
padres y los profesores. Por otra parte, se han multiplicado los llamados
"expertos", que han ocupado el papel de los padres, incluso en los
aspectos más íntimos de la educación. Y los padres solamente deben escuchar,
aprender y adaptarse. Privados de su papel, a menudo se vuelven demasiado
aprensivos o posesivos con sus hijos. Tienden a confiarlos cada vez más a los
"expertos", arrinconándose solos y corriendo así el riesgo de
excluirse también de la vida de sus hijos”.
“¿Cómo hemos llegado a esto?”, se preguntó el Santo Padre Francisco
“No hay duda de que los padres, o más bien,
determinados modelos educativos del pasado tenían algunas limitaciones
-constató el Pontífice- Pero también es cierto que hay errores que sólo los
padres están autorizados a hacer, porque pueden compensarlos de una forma que
es imposible para cualquier otra persona. Por otro lado, como bien sabemos, la vida
se ha vuelto 'tacaña' con el tiempo para hablar, para reflexionar, para discutir.
Muchos padres están 'secuestrados' por el trabajo u otras preocupaciones, o se
sienten embarazados por las nuevas necesidades de los hijos y por la
complejidad de la vida actual...y están paralizados por el miedo a cometer
errores. El problema, sin embargo, no estriba solamente en hablar. Preguntémonos en cambio: ¿Intentamos entender 'donde´ se encuentran realmente
los hijos en su camino? ...Y, sobre todo, ¿queremos saberlo? ...
Francisco subrayó que las comunidades cristianas están
llamadas a ofrecer apoyo a la misión educativa de la familia. “En la base de
todo está el amor, el amor que Dios nos da, que "no falta de respeto, no
busca su propio interés, no se enoja, no toma en cuenta el mal recibido ...
todo lo perdona, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta"...Hasta en las
mejores familias hay que soportarse... Y hace falta tanta paciencia... El mismo
Jesús pasó a través de la educación familiar”.
“También en este caso, la gracia del amor de Cristo
lleva a su plenitud lo que está grabado en la naturaleza humana. ¡Cuántos
ejemplos maravillosos tenemos de padres cristianos llenos de sabiduría humana!
Demuestran que la buena educación familiar es la columna vertebral del
humanismo. Su repercusión en la sociedad es el recurso que permite compensar
las lagunas, las heridas, los vacíos de paternidad y de maternidad que afectan
a los hijos menos afortunados. Esta repercusión puede hacer verdaderos milagros”.
“Espero que el Señor conceda a las familias cristianas
la fe, la libertad y el coraje necesario para su misión-finalizó Francisco- Si
la educación familia reencuentra el orgullo de su protagonismo, muchas cosas
cambiarán para mejor, para los padres inciertos y para los hijos decepcionados.
Es hora de que los padres y las madres regresan de su exilio... y vuelvan a
asumir plenamente su función educativa”.
El Papa se une a la oración de los católicos de China y recuerda a los
cristianos perseguidos a causa de su fe
Después de la catequesis, el Papa señaló que el 24 de
mayo, los católicos en China rezarán con devoción a la Santísima Virgen María
Auxilio de los Cristianos, venerada en el santuario de Sheshan en Shanghai.
“En la estatua, que domina el santuario María sostiene
en alto a su Hijo, presentándolo al mundo con los brazos abiertos en un gesto
de amor y misericordia. Nosotros también -dijo Francisco- pediremos a María que
ayude a los católicos en China a ser siempre testigos creíbles de este amor
misericordioso en medio de su pueblo y a vivir unidos espiritualmente a la roca
de Pedro sobre la que está construida la Iglesia”.
El Santo Padre recordó también la iniciativa de la
Conferencia Episcopal Italiana que ha propuesto que en la diócesis, con motivo
de la Vigilia de Pentecostés, se recuerde, “a los tantos hermanos y hermanas
exiliados o asesinados simplemente porque son cristianos. Son mártires. Espero
que este momento de oración - reiteró el Pontífice-aumente la conciencia de que
la libertad religiosa es un derecho humano inalienable, sensibilice aún más
sobre el drama de los cristianos perseguidos en nuestro tiempo y que se ponga fin
a este crimen inaceptable”.
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