La
reunión convocada por el Papa Francisco, del 21 al 24 de febrero, será una oportunidad
de impulsar medidas para impedir que el abuso sexual de menores continúe,
expresó el cardenal venezolano
Ramón
Antonio Pérez // @GuardianCatolic
Caracas, 15 de febrero de 2019
“La
responsabilidad pastoral y jurídica de los Obispos y Superiores Generales ante
los casos de abuso sexual; la necesidad de transparencia, es decir, que no haya
ocultamiento de los casos; y la propuesta de medidas y métodos para prevenir
esos actos pecaminosos y delictivos, y sancionar debidamente a los culpables de
abuso sexual de menores”, serán los temas que la iglesia universal abordará del
21 al 24 de febrero, durante la reunión convocada por el Papa Francisco para
tratar sobre la protección de menores.
El
anuncio lo hizo el cardenal Jorge Urosa Savino, arzobispo emérito de Caracas, a
través de una misiva enviada a los medios. Se trata de “una
importantísima reunión episcopal”, en la que estudiarán el caso de los “numerosos
escándalos de abuso sexual de menores por parte de sacerdotes y religiosos -incluso
de obispos y algún cardenal- en diversas partes del mundo”, ocurridos en
los últimos años.
“Ante
la gravedad del problema”, consideró el purpurado venezolano, “el Papa
Francisco acertadamente decidió convocar una reunión extraordinaria para
enfrentar el asunto y buscar soluciones a los diversos aspectos del mismo”.
Urosa
ratificó que a la reunión han sido
convocados los obispos presidentes de las 115 conferencias episcopales del
mundo entero y los patriarcas de las iglesias orientales católicas, con lo cual se espera la asistencia de monseñor José Luis Azuaje Ayala, presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana.
También
asistirán los superiores de varios Dicasterios del Vaticano así como delegados
de las Confederaciones de Vida consagrada, y Cardenales y Obispos expresamente
llamados a este evento por el papa Francisco.
Expectativas con los temas de la
reunión
“Hay
muchas expectativas. El mismo Papa ha prevenido al respecto, para que no haya
frustración. En 4 días no se podrá resolver todo”, indica la misiva de Urosa,
amparada en “Un
llamado a renovación espiritual”, según citó del libro de Efesios 4,17- 5,3.
Alentó
que pese al corto tiempo, “en esa reunión de oración y discernimiento, de
intercambio de opiniones y experiencias, de escucha de algunas víctimas, y de
decisiones operativas, sí se podrán impulsar medidas que
contribuyan a impedir que el problema continúe, y a animar a la purificación y
renovación de la Iglesia”.
Comentó
que habrá un clima de oración y de reflexión para la búsqueda de soluciones. “Es
de esperar que, como parte del estudio de los temas propuestos, en ese ambiente
se aborden las causas profundas del fenómeno del abuso sexual por parte de
sacerdotes y religiosos, que ha conmovido y dañado profundamente a la Iglesia”,
indica el escrito.
“Es
importante que se busque solución al problema del clericalismo, entendido como
abuso del poder eclesiástico por parte de los culpables de esos delitos.
Y me parece que será necesario también abordar el tema de las faltas en sí
mismas, es decir, los pecados y fallas en la vivencia de la castidad consagrada
al Señor, que se quebranta con una actividad sexual inmoral y delictiva”.
Para
Urosa la mayoría de los abusos de menores “son relaciones homosexuales con
adolescentes”, según el escrito enviado a los medios. Ante ello motiva a los
participantes en los siguientes términos: “Esto exige atención, solución y
corrección”.
En
términos morales, precisa que los abusos contra menores son pecados contra el
sexto mandamiento en general. “Denota un oscurecimiento de la conciencia moral
por parte de algunos, con la fragilidad en la vivencia de la castidad, con el
relativismo moral que minimiza la gravedad del pecado, con la infidelidad a la
consagración a Dios en el celibato sacerdotal y en los votos religiosos”,
aseguró.
Renovación interior de los
consagrados
Expresó
creer que esta importantísima reunión deberá hacer un vivo y positivo llamado a
la renovación interior de todos nosotros, ministros de la Iglesia y
consagrados. “Se trata de renovar nuestra consagración a Dios en respuesta a la
hermosa vocación de entregarnos totalmente al Señor como lo hizo San Pablo. Y
por supuesto, habrá que hacer también un llamado a los formadores de sacerdotes
y de consagrados en nuestros Seminarios y casas de formación.
También
aboga para que se insista y eduque los seminaristas en las enseñanzas sobre la
legítima sexualidad, la motivación a vivir la castidad perfecta, la fidelidad a
la palabra dada, la prudencia y sabiduría para evitar y superar las
tentaciones.
“Que los formadores sean prudentes y a la vez estrictos en formar
bien a los que se vean con auténtica vocación, y retiren u orienten a los que
no tengan vocación al celibato o a la castidad consagrada, para que vayan por
el camino normal de la vida seglar, en el matrimonio o soltería (…) que no se
carguen a sí mismos con fardos que no podrán soportar”.
Finalmente,
el cardenal Urosa Savino expresó su deseo para que “esta reunión oportunamente
convocada por el Papa Francisco llame a una vivencia más fiel, más elevada y
autentica de la consagración a Dios y a la observancia estricta de la castidad”.
“Que en este mundo erotizado y relativista, que rechaza normas y limitaciones,
los sacerdotes del Señor y los consagrados seamos realmente testigos del Reino
de Dios, del amor total de Cristo a la Iglesia y a la humanidad, y del futuro
Reino de los Cielos”.
REUNIÓN SOBRE PROTECCIÓN DE MENORES
UN
LLAMADO A RENOVACIÓN ESPIRITUAL (Ef 4,17- 5,3)
Cardenal Jorge Urosa Savino,
Arzobispo Emérito de Caracas
Del 21 al 24 de febrero se llevará a
cabo en Roma una importantísima reunión episcopal. En los últimos años se han
conocido numerosos escándalos de abuso sexual de menores por parte de
sacerdotes y religiosos -Incluso de obispos y algún cardenal- en diversas partes
del mundo. Ante r la gravedad del problema, el Papa Francisco acertadamente
decidió convocar una reunión extraordinaria para enfrentar el asunto y buscar
soluciones a los diversos aspectos del mismo. A esta reunión han sido
convocados los Obispos Presidentes de las 115 Conferencias episcopales del
mundo entero y los Patriarcas de las Iglesias Orientales Católicas.
Participarán también los superiores de varias Dicasterios del Vaticano así como
delegados de las Confederaciones de Vida consagrada, y Cardenales y Obispos
expresamente llamados a este evento por el Papa.
Temas
de la reunión
Hay muchas expectativas. El mismo Papa
ha prevenido al respecto, para que no haya frustración. En 4 días no se podrá
resolver todo. Pero en esa reunión de oración y discernimiento, de intercambio
de opiniones y experiencias, de escucha de algunas víctimas, y de decisiones
operativas, sí se podrán impulsar medidas que contribuyan a impedir que el
problema continúe, y a animar a la purificación y renovación de la Iglesia.
Se tratarán tres temas principales: la
responsabilidad pastoral y jurídica de los Obispos y Superiores Generales ante
los casos de abuso sexual; la necesidad de transparencia, es decir, que no haya
ocultamiento de los casos; y la propuesta de medidas y métodos para prevenir
esos actos pecaminosos y delictivos, y sancionar debidamente a los culpables de
abuso sexual de menores.
Habrá un clima de oración y de
reflexión para la búsqueda de soluciones. Es de esperar que, como parte del
estudio de los temas propuestos, en ese ambiente se aborden las causas
profundas del fenómeno del abuso sexual por parte de sacerdotes y religiosos,
que ha conmovido y dañado profundamente a la Iglesia. Es importante que se
busque solución al problema del clericalismo, entendido como abuso del poder
eclesiástico por parte de los culpables de esos delitos. Y me parece que será
necesario también abordar el tema de las faltas en sí mismas, es decir, los pecados
y fallas en la vivencia de la castidad consagrada al Señor, que se quebranta con
una actividad sexual inmoral y delictiva. Es importante también tener en cuenta
que la mayoría de los abusos de menores son relaciones homosexuales con
adolescentes. Esto exige atención, solución y corrección.
Los abusos contra menores son pecados
contra el sexto mandamiento en general. Denota un oscurecimiento de la
conciencia moral por parte de algunos, con la fragilidad en la vivencia de la
castidad, con el relativismo moral que minimiza la gravedad del pecado, con la
infidelidad a la consagración a Dios en el celibato sacerdotal y en los votos
religiosos.
Renovación
y castidad
Por todo esto creo que esta
importantísima reunión deberá hacer un vivo y positivo llamado a la renovación
interior de todos nosotros, ministros de la Iglesia y consagrados. Se trata de
renovar nuestra consagración a Dios en respuesta a la hermosa vocación de
entregarnos totalmente al Señor como lo hizo San Pablo (Mt 19, 10-12; 1 Co
7,1-8). Y por supuesto, habrá que hacer también un llamado a los formadores de
sacerdotes y de consagrados en nuestros Seminarios y casas de formación. Es
preciso que se insista y eduque los formandos en las enseñanzas sobre la
legítima sexualidad, la motivación a vivir la castidad perfecta, la fidelidad a
la palabra dada, la prudencia y sabiduría para evitar y superar las
tentaciones. Y que los formadores sean prudentes y a la vez estrictos en formar
bien a los que se vean con auténtica vocación, y retiren u orienten a los que
no tengan vocación al celibato o a la castidad consagrada, para que vayan por
el camino normal de la vida seglar, en el matrimonio o soltería. Pero que no se
carguen a sí mismos con fardos que no podrán soportar.
Ojalá esta reunión oportunamente
convocada por el Papa Francisco llame a una vivencia más fiel, más elevada y
autentica de la consagración a Dios y a la observancia estricta de la castidad.
Que en este mundo erotizado y relativista, que rechaza normas y limitaciones,
los sacerdotes del Señor y los consagrados seamos realmente testigos del Reino
de Dios, del amor total de Cristo a la Iglesia y a la humanidad, y del futuro
Reino de los Cielos. Para ello: que se haga un vivo, intenso y positivo llamado
a la renovación espiritual a todos los sacerdotes y consagrados. Acojamos el
llamado de San Pablo a la renovación espiritual (Cf. Ef. 4, 17- 5,3).
“Renuévense en el espíritu de su mente” (Ef. 4,23)
Caracas,
13 de febrero de 2019
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