Muchas fueron
las Iglesias de Caracas que a lo largo del Año Jubilar de la Misericordia, activaron
programas de “Ollas Solidarias”, o como Cáritas arquidiocesana, que resurgió
con sus obras sociales para favorecer a quienes sufren hambre y carencias de
medicamentos, especialmente entre los niños y ancianos que son los más
afectados.
La situación de Venezuela
la conoce muy bien el Episcopado y también el Papa Francisco, según lo dijo el
cardenal Jorge Urosa Savino a los periodistas, este 12 de noviembre, al
culminar una misa en el templo “Nuestra Señora de Chiquinquirá”, en el contexto
de la clausura del Año de la Misericordia en la iglesia caraqueña.
“El
Papa Francisco sabe que en Venezuela hay gente que está pasando hambre, las
dificultades que hay con los presos políticos, y que los hospitales están en
mal estado”.
Además, conoce “que el Ejecutivo ni el Tribunal Supremos
de Justicia no dejan funcionar a la Asamblea Nacional elegida por la población
venezolana”.
Por eso, “el
Papa Francisco está interesadísimo en que el diálogo entre el gobierno y la
Mesa de la Unidad Democrática pueda dar frutos”, dijo Urosa,
considerando las conversaciones entre las partes son “muy importantes”.
En consecuencia,
el arzobispo de Caracas exhortó “a que haya resultados concretos de
inmediato, que la gente vea que sí hay resultados”, publicó Aleteia.
La gente busca comida en la basura
En un templo
abarrotado y en cuyo centro resaltaba la frase: “Misericordiosos como el Padre”,
Urosa llamó a la solidaridad con los más pobres, expresando su preocupación por el
creciente número de ciudadanos que buscan comida en la basura.
“Me
dio un dolor inmenso al ver a un grupo de personas buscando comida en la basura.
Una cosa es que a uno se lo cuenten, pero otra es verlo. Ver cinco o siete hombres jóvenes
buscando comida en la basura. Eso es terrible”, dijo, lamentándose la
situación que le toca vivir a buena parte de la población venezolana.
“Todos los
venezolanos, que somos bastamente generosos, tenemos que activarnos para
ayudar a los que tienen menos que nosotros, para que todos puedan comer algo, y
no haya nadie que muera por desnutrición o pase hambre”, añadió.
Amar a los que sufren
“Seremos
llamados al Reino de los Cielos solamente si somos misericordiosos como el
Padre Celestial”, recordó el Purpurado.
Así mismo acotó que “estamos
llamados a amar a nuestro prójimo, abrir nuestros corazones a los que sufren y
a los necesitados, a los débiles y a todos los que requieren algún tipo de
ayuda”.
Destacó que “la
presencia de la iglesia en medio de las barriadas populares, desde la
carretera vieja de Los Teques hasta más allá de Filas de Mariches, es
muy importante y nosotros los sacerdotes debemos estar dispuestos a ir a esos
lugares”.
Recomendó “ser misericordiosos,
especialmente en esta época en nuestro país donde hay una situación de hambre”;
y “organizarnos en nuestras comunidades cristianas teniendo como prioridad a
nuestros hermanos necesitados”.
Finalmente llamó
a “evaluar
nuestro compromiso y sostener en el tiempo aquellas obras que hayamos creado a
lo largo de este Año de la Misericordia, fundamentalmente, debemos
estar pendiente de las necesidades de nuestros hermanos”.
Otras actividades en La Chiquinquirá
Durante esta clausura,
la Arquidiócesis de Caracas, programó también otras actividades. Una de estas
fue la predicación del obispo de auxiliar de Caracas, monseñor Enrique
Parravano, cuya Catequesis: “Misericordiosos como el Padre”, habló de impulsar
el compromiso personal y comunitariamente, luego de este Año Jubilar.
También se
cumplió una Hora Santa con Jesús Sacramentado, siendo dirigida por monseñor
José Trinidad Fernández, como antesala de la misa que presidió el arzobispo de
Caracas, cardenal Jorge Urosa Savino, a partir de las 11 de la mañana.
Durante el Año de la Misericordia en Caracas, han sido muchas las instituciones, agrupaciones apostólicas, colegios, comunidades religiosas, sacerdotes y seminaristas, que celebraron el año jubilar peregrinado hacia la Puerta Santa de la Catedral Metropolitana, y evaluando sus actuaciones y compromisos.
Durante el Año de la Misericordia en Caracas, han sido muchas las instituciones, agrupaciones apostólicas, colegios, comunidades religiosas, sacerdotes y seminaristas, que celebraron el año jubilar peregrinado hacia la Puerta Santa de la Catedral Metropolitana, y evaluando sus actuaciones y compromisos.
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