El Padre José Antonio Barrera recibió la Orden
Santa Cruz de Pacairigua en su primera clase, que se ofrece a personas vinculadas
con el ámbito social, religioso y pastoral del municipio Zamora
Ramón Antonio Pérez / @GuardianCatolic
Guatire, 7 de mayo de 2015.- “En el verdadero trabajo político no se admite la división, porque ella es una vocación noble que busca el servir al prójimo y no el buscar el beneficio propio”.
De esta manera se expresó el presbítero José Antonio Barrera
Ruiz, quien fungió como orador de orden, durante la sesión solemne convocada por
las autoridades del municipio Zamora del estado Miranda, con motivo de los
festejo en honor a la Santa Cruz de Pacairigua, patrona de Guatire.
“El
verdadero político lo debe dar todo con valentía, dejando a un lado los
intereses particulares y egoístas (sobre todo la retórica, la falacia y la
demagogia), para asumir el reto de dar la vida y ser ejemplo para sus coetáneos
que esperan de sí un modelo que convenza, que sea coherente y que actúe desde
la ética y los principios morales y humanos”, completaba el sacerdote, delante
de la alcaldesa de Zamora, profesora Thais Oquendo y el alcalde de Plaza,
abogado Rodolfo Sanz, los concejales y el público en general.
La Cruz, signo eterno de salvación
El
mensaje del párroco de Guatire abordó aspectos históricos de la Cruz en que
murió Jesucristo, su uso como simbología de conversión para los cristianos, y
las características morales que implica asumir el compromiso de “llevarla día a día”. Precisamente, el padre José Antonio Barrera, enfatizó acerca de
las enseñanzas morales emanadas del seguimiento de Jesucristo como signo de
eterno de la salvación.
“La
conversión de hombres nuevos, hablándolo así de forma genérica, trae como
consecuencia la construcción de una humanidad nueva, más solidaria, justa,
comprometida por la paz, humanizada, unida”, expresó.
“Por eso, desde
esta tribuna y con la fuerza del Espíritu les exhorto a todos a poner en
práctica los valores del bien y la solidaridad, sumando esfuerzos y voluntades
en la construcción de una sociedad más justa y fraterna para que cada
cual sea promotor de la esperanza y embajador de la misericordia que Cristo nos
dejó con su ejemplo en la Cruz”, acotó.
Fundamentado
en escritores antiguos como Rufino, Zozemeno, San Crisóstomo y San Ambrosio, el
Padre José Antonio refirió que “Santa Elena, la madre del emperador, pidió
permiso a su hijo Constantino para ir a buscar en Jerusalén la cruz en la cual
murió Nuestro Señor”. Todo sería en el siglo II de la era cristiana.
Comentó
que “después de muchas y muy profundas excavaciones”, Santa Elena “encontró, tres
cruces”, pero, “como no sabían cómo distinguir la cruz de Jesús de las otras
dos, llevaron a una mujer agonizante”, quien al tocar la primera cruz “se
agravó”, “al tocarla con la segunda, quedó igual de enferma de lo que estaba
antes”.
Sin
embargo, “al tocarla con la tercera cruz, la enferma recuperó instantáneamente
la salud”, narró el párroco de Guatire. Acto seguido, “Santa Elena, y el obispo
de Jerusalén, Macario, y miles de devotos llevaron la cruz en piadosa procesión
por las calles de Jerusalén”, relató ante los asistentes marcados por la sorprendente
historia.
El
párroco de Santa Cruz de Pacairigua, prosiguió: “Por el camino se encontraron
con una mujer viuda que llevaba a su hijo muerto a enterrar, sucedió, que le
acercaron la Santa Cruz al muerto y éste resucitó. De allí en adelante por
muchos siglos se ha celebrado en Jerusalén y en muchísimos sitios del mundo
entero, la fiesta de la de la Santa Cruz el día 3 de Mayo”, acotó el sacerdote
de la Diócesis de Guarenas.
Décima a la
Cruz de Mayo
El
sacerdote explicó que la Cruz de Mayo, y por lo tanto, la santa Cruz de
Pacairigua no es la de los velorios, sino al contrario es “de las fiestas, de la devoción,
de la alegría (…) Los creyentes manifiestan de manera alegórica a Jesús sus
deseos de aliviar su dolor”.
En su explicación relató que “se
hacen ofrendas, se reza y se invoca a la Cruz para hacer las peticiones”.
El
párroco dedicó una décima a la Santa Cruz de Pacairigua, para
luego llamar a los guatireños a “hacer en cada ámbito de nuestra vida, el
lugar donde se viva y la escuela donde se enseñe el misterio del amor divino”.
Bendita Cruz de alegría
A ti te quiero cantar
El verso particular
Que llevo en la sangre mía
Hace tiempo que sentía
dentro de mi corazón
Esta gran admiración
Por ser tu tan venerada
Y del creyente la espada
Contra toda tentación
Cruz Grande y bella
Grande es su valor
En sus santos brazos
Expiró el Señor
Pero resurgió la luz
De la forma más excelsa
Envuelta en gran belleza
Afloró ese cruel madero
El que llevó al matadero
Al hijo de la
pureza.
Por
su parte, la presidenta del concejo municipal, profesora y abogada Ninoska
Urbáez, tuvo a su cargo la introducción de esta ceremonia, según reseña una
nota del concejo municipal, publicada en su sitio de Facebook.
Habló de “una vorágine política en la cual existen
polos claramente diferenciados, sin embargo, es necesario dejar muy claro en
esta sesión solemne, que este corto pero intenso tiempo que tenemos al frente
de este concejo municipal, hemos desarrollado una tesis de nuestro accionar
como políticos, en el cual hemos dicho que es necesario reencontrar al país”.
Consideró
que entre todos deben construir un puente para transitar sin ser etiquetados. “Ese
puente es el que la sociedad demanda actualmente, y eso no significa que cada
cual baje sus banderas, no! Eso significa que debemos reconocer al otro tal
cual es, debemos establecer un dialogo entre la gente y entre los que nos tocan
responsabilidades al frente de instituciones como el concejo municipal,
alcaldía, gobernaciones, consejos legislativos, presidente de la República y
asamblea nacional”.
Orden Santa Cruz de Pacairigua
El
padre José Antonio Barrera Ruiz, recibió de manos de las autoridades locales la
Orden Santa Cruz de Pacairigua en su primera clase, condecoración que se ofrece
a distinguidas personalidades vinculadas con el ámbito social de Guatire y que
tienen repercusión en lo religioso y pastoral.
Otras
personalidades también fueron condecoradas. En su tercera clase fue impuesta a Luz
Méndez y Eugenia Tovar de Rondón, matronas de Guatire, conocidas por haber sido
enfermeras en el Hospital Santa Marta y haber atendido centenares de nacimientos de guatireños y guareneros.
En
esta clase también fue homenajeada la profesora y cultora Julia Landaeta, quien
ejerce la docencia en la Unidad Educativa Ramón Alfonzo Blanco desde 1996.
Junto a ella fue condecorado Miguel Benavides, reportero gráfico y político
guatireño.
En
la segunda clase fue impuesta la Santa Cruz de Pacairigua a la Hermana Olga María
Rueda, quien dirige la Casa Hogar la Milagro en Araira y en este momento tiene
a su cargo a 8 niños que se encontraban en situación de calle.
Igualmente
fue condecorado el profesor e investigador guatireño René García Jaspe, quien
en sus trabajos ha determinado la importancia de cada una de las fechas
emblemáticas en el rescate de la identidad guatireña, y al final el alcalde del
municipio Plaza Rodolfo Sanz.
La
primera clase correspondió a Germán León, un médico guatireño quien es conocido
en el pueblo como “el José Gregorio Hernández de Guatire”; Ángel “Machile”
Delgado, dirigente deportivo destacado no solo en Guatire, sino en toda
Venezuela por su participación en espacio como la Federación Venezolana de
Beisbol y el Comité Olímpico venezolano; y el maestro y abogado Miguel
Alejandro Escalona Berroterán, quien cuenta con una destacada trayectoria
docente, y fue un conocido concejal de esta localidad.
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