“Ni
siquiera está garantizada la manutención de los centros de acogida”, publica el Portal Católico ALETEIA, destacando que este primero
de marzo varias Casas Hogar organizadas en Red asistirán a la Defensoría del
Pueblo para que sea intermediaria ante las peticiones que elevarán al gobierno
nacional. “Queremos tener la facilidad de comprar los alimentos”, dijo el padre
Rino Bergamin
Ramón Antonio Pérez / @GuardianCatolic
Ramón Antonio Pérez / @GuardianCatolic
Caracas, 29 de febrero de 2016.-
Las casas hogares y refugios de acogida donde son atendidos más de cinco mil
niños y ancianos en situación de calle, riesgo, abandono o maltrato familiar,
están entre los sectores que padecen con mayor dureza la obtención de alimentos
y medicinas en Venezuela.
“No
queremos que nos den dinero”, dijo el padre salesiano Rino Bergamín
Basso, fundador de la “Casa Don Bosco” de Sarría”, en la capital del país. “Solo
le pedimos al gobierno, que nos de la facilidad de comparar los alimentos al
mayor para estas personas, en su mayoría niños y adultos enfermos”,
añade con preocupación.
Leonardo
Rodríguez, director de la asociación civil Red de Casas Don Bosco, indicó que atienden
más de cinco mil personas entre niños y ancianos en todo el país. “Viven
allí porque no tienen familia”, dijo. “A estos lugares son llevados por
la sociedad civil: iglesias, asociaciones y fundaciones, y cada día es más difícil comprar
alimentos, especialmente, para los que padecen enfermedades y ameritan dietas
especiales”.
Según
Rodríguez, no es solo la comida, la falta de medicamentos es otro de los
problemas porque existen situaciones de salud concretas en muchas de estas personas.
“Hay
niños con VIH, como en las casas hogares Buen Samaritano, o con otras
condiciones crónicas como diabetes o insulinodependientes”,
añadió.
Estimó
que cada día es más difícil llevar adelante los gastos que representa una casa
hogar, que “son sostenidas con el 80% de los ingresos provenientes del sector
privado, así como de donaciones”. Ante esta situación afirmó: “la
manutención de los centros de acogida para niños debería estar garantizada por
el Estado”.
Antonio
Planelles, del “Hogar Virgen de los Dolores”, informó que la escasez obliga a buscar
los alimentos en el mercado paralelo pero ello descuadra sus presupuestos, “dificultando
el trabajo contable y de rendición de cuentas por la ausencia de facturas”.
Los
que atienden a poblaciones con condiciones especiales también sufren. Entre
estos están la casa hogar “María Madre Nuestra que asiste a madres adolescentes
con discapacidad intelectual; y la fundación “Casa de Ana”, donde son atendidos
niños con parálisis cerebral. “Son ejemplos que motivan la búsqueda de apoyo
y trabajo común”.
Organizados para mitigar la situación
Leonardo
Rodríguez informó que el 25 de febrero se reunieron en Caracas representantes
de 21 centros de acogida, para diseñar una hoja de ruta en función de solventar
el acceso a alimentos y medicinas.
“Se acordó entregar sus inquietudes y
propuestas a la Defensoría del Pueblo, lo cual haremos este primero de marzo”,
reveló.
Entretanto,
Luis Francisco Cabezas, presidente de Casas de Abuelos de Miranda, explicó que
para las personas de la tercera edad la problemática con los medicamentos es crítica.
“Las
tres principales morbilidades que sufren los abuelos son hiperlipidemia o
colesterol alto, hipertensión y diabetes y casi no se encuentran medicinas”,
expresó.
Esta
fundación cuenta con 37 casas y atiende a mil 200 personas diariamente con
desayuno, almuerzo y merienda. “Muchas de esas casas se están viendo
obligadas a regular el suministro de
alimentos y a eso se suma el problema del agua”, indicó.
Finalmente,
Cabezas destacó que pese a la crítica situación, para esta fecha no hay ninguna
casa cerrada en Miranda, “aunque se está cocinando lo que se consigue.
Hay muchos
abuelos que solo comen en estos lugares pues no tienen pensiones”.
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