A título estrictamente personal, escribo en
respuesta al venenoso atrevimiento del Presidente Nicolás Maduro anoche en
alocución de TV -recogida en la página oficial del Minci- y en defensa de la Conferencia Episcopal
Venezolana.
Macky
Arenas / Reporte
Católico Laico
Caracas, 24 de Junio de 2015.- Después
de mucha alharaca con visitas al Vaticano y mucho golpe de pecho, se revela la
verdadera intención del gobierno: complicar la beatificación de José Gregorio
Hernández. Quieren empatucarlo de política electorera. Se proponen retrasar el
proceso enrareciendo el clima de armonía nacional que siempre ha caracterizado
los ininterrumpidos esfuerzos de este país y de la Iglesia Católica para ver en
los altares a nuestro más querido santo.
Desde 1949 la CEV trabaja por la Causa de Santidad de José
Gregorio Hernández …
Esta
Causa la comenzó la Iglesia Católica Venezolana en 1949. Siguió trabajando sin
descanso y en 1986 vimos al Doctor Hernández llegar a Venerable. Ahora la
Vice-Postulación, con la ayuda de todos los venezolanos, busca afanosamente el
milagro que lo hará Beato. Maduro, quien llegó antier a este cuento, para
decirlo en criollo, quiere empavarlo. Necesitan, en el umbral de una consulta
popular, un recurso desesperado, el vergajazo asimétrico, la catilinaria descarada de poner a José
Gregorio a separar a los venezolanos.
Cuando
el Presidente, en afirmación irresponsable, alevosa y ventajista, suelta que la
Conferencia Episcopal “sabotea” el proceso de beatificación de JGH –difundido
en el acto por su prensa pretoriana a través de las redes sociales- es claro el
objetivo electorero de utilizar al Venerable para involucrarlo en los avatares
de una elección a la que saben van con la popularidad hecha trizas.
Olvidan que
la del Médico de los Pobres es intransferible. Las “pruebas” que -a boquejarro-
dice Maduro tener contra la Conferencia Episcopal Venezolana son las mismas que
ha dicho tener sobre complots, magnicidios y conspiraciones y que jamás ha
podido aportar; las mismas que perjura atesorar contra desestabilizadores de su
gobierno tan solo para perseguir, procesar y sacar del juego a cuanto disidente resulte un poco molesto.
Andan
embolatados, metidos en una ventolera de dificultades. La arrogancia y la
fatuidad de su discurso no puede haber escogido peor fanfarronada. Antes de
inventar que la Conferencia Episcopal Venezolana trabaja contra el proceso de
beatificación de José Gregorio Hernández, lo aconsejable es que se ocupen
de indagar -en su propio entorno-
quiénes sabotean al gobierno, quiénes le hacen la cama, cuántos y cuán cercanos
están ofreciendo señales inequívocas, a todo el que tenga ojos y oídos, de un
incierto desenlace el cual no pueden atisbar por andar obedeciendo a
taumaturgos, hechiceros y toda clase de embaucadores de oficio.
Es la
referencia más pura y digna que tenemos los venezolanos
Se
les escapa otro detalle: José Gregorio no es un fetiche, no es una efigie
pagana, no es una figura política sobre la que se puede especular a discreción,
no se puede mudar de puesto como si fuera una silla, ni enrocar como si fuera
un ministro; mucho menos una devoción que se puede destinar a uso abyecto. Es
la referencia más pura y digna que tenemos los venezolanos y ningún desatinado
vendrá a someterlo a la humillación de la apropiación indebida. Semejante
bajeza tiene castigo y desde los más intrincados recovecos de la conciencia
emana la pestilencia reveladora de este atrevimiento nigromántico.
Un
gobierno petrolero que no logra garantizar el abastecimiento del papel
toilette, ni del azúcar, ni del café, tiene que sentir la irresistible tentación
de manosear a José Gregorio a ver qué le usurpa. De nuevo, olvidan que José
Gregorio no se parece a lo que a ellos embauca: paleros, brujos de mala índole,
manipuladores de postín, practicantes de malas artes, instrumentos de lo
oscuro. Ya no había de qué echar mano, todo lo han degenerado…pues se juegan el
expediente de sabotear al proceso de beatificación del Doctor José Gregorio
Hernández con tal de cazar una pelea que los re-coloque en el firmamento de la
polarización. Aventureros delirantes. Irreverencia intolerable hacia José
Gregorio Hernández.
Su vida y obra impecable…es de teflón
Acto
fallido. José Gregorio, gracias a su vida y obra impecable, es de teflón.
Refractario a los atorrantes y a los idólatras. En cuanto a la Iglesia
Católica, por miles de años lidiando con toda clase de sátrapas, no la
envolverán en sus enredos, en “sus pompas y sus obras”, en sus engaños y sus
mentiras, en su rapacería y su vulgaridad.
Les
queda respetar a José Gregorio. Sumarse a la Causa de buena gana. Apoyarla sin
buscar perjudicarla ni sacar provecho en el camino. Si siguen ensuciando el
proceso, que nadie dude acerca de la razón por la cual el Médico de los Pobres
y Cristiano Ejemplar no termina de subir a los altares: el gobierno conspira
para que ello no ocurra. Este país, devoto de José Gregorio, no lo permitirá.
Veremos quién gana.-
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