La
Basílica Teresa de Caracas organizó una procesión con el Nazareno de San Pablo para
clausurar el Año de la Misericordia y dar la bienvenida al Tiempo de Adviento
Ramón Antonio Pérez // @GuardianCatolic
Fotos en Facebook
“Nazareno
de San Pablo, te doy gracias mi Señor, por haber escuchado mis ruegos, y
concederme tu gran favor. Vuelve siempre tu rostro piadoso a tu pueblo santo
que cree en ti Señor. Y aunque hoy regresas a tu lugar quedas cerca de mi
corazón”.
Con
este coro, interpretado por primera vez de manera pública por el Ministerio de
Música de la Basílica Santa Teresa de Caracas, se procedió el pasado 27 de
noviembre, primer Domingo de Adviento, a honrar al Nazareno de San Pablo, en la
clausura del Año Jubilar de la Misericordia en esta parroquia de la
Arquidiócesis de Caracas.
La
canción recibió buena acogida entre los fieles que, apegados a un volante
repartido en la basílica, se sumaron con fuerza al estribillo haciendo resonar
los distintos rincones del espacio religioso que cobija a la imagen más venerada
de Caracas.
“Quédate
con nosotros”, fue compuesta por Richard López, director musical de la
basílica, informó Zuleyma González, integrante del coro parroquial.
Pero
hubo una sorpresa más: durante el recorrido que la imagen hizo a los sectores
de las parroquias Santa Rosalía y Santa Teresa, fueron acompañados por la Banda
de Música Sacra de esta iglesia, que también por primera vez hizo sonar el
trombón, el saxo, los redoblantes, platillos y el bombo durante los pasos del
milagroso Nazareno también conocido como El Limonero del Señor.
Efectivamente,
no era el tradicional Miércoles Santo, pero durante este Primer Domingo de
Adviento la feligresía se contagió y llenó el templo con la misma devoción de
siempre, para participar de la eucaristía que presidió el párroco del lugar,
monseñor Henry William Padilla.
El
sacerdote hizo un llamado a “abrir el corazón a las posibilidades de Dios, que
son infinitas”, según dijo, “para mantener la alegría y la esperanza en medio
de las dificultades”. Igualmente señaló que “Jesús debe nacer en el corazón de
los venezolanos”.
De
esta manera, la Basílica de Santa Teresa clausuró el Año Jubilar de la
Misericordia convocado por el Papa Francisco y
que cerró el pasado 20 de noviembre, con una procesión de la emblemática imagen
del Nazareno que durante 2016 se colocó frente al altar para que estuviera más
cerca de los fieles.
Junto
a la Cofradía de cargadores del Nazareno de San Pablo, se sumaron con sus
respectivos uniformes, los cargadores provenientes de varias parroquias y
cofradías de Antímano, Chacao, San Judas Tadeo, Guarenas y de la parroquia San
Juan, para portar con alegría sobre sus hombros a la emblemática imagen que
esta vez no fue decorada con orquídeas sino con bromelias, aves del paraíso y
girasoles, según informaron los organizadores.
Aproximadamente
a las 3 y 15 de la tarde, en medio de aplausos y bajo los acordes de “Quédate
con nosotros”, la imagen fue subida a su nicho donde permanecerá hasta la
venidera Semana Santa de 2017, aunque antes la feligresía esperará que
“verdaderamente el Niño Jesús nazca en el corazón de cada uno de los
venezolanos” como pedía reiteradamente monseñor William Padilla.
En las redes sociales, los feligreses también expresaron su fe, alentando la
actividad y agradeciendo al párroco por esta iniciativa que se convirtió en una
acción evangelizadora.
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Imágenes de la clausura del Año Jubilar con la procesión del Nazareno de San Pablo. Cortesía de @GuardianCatolic
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