Un club es un sitio donde vamos a encontrarnos con amigos, a jugar, a bailar, entre otras cosas; es decir, a pasarlo bien y divertirse. La Iglesia es el cuerpo Místico de Jesucristo, (LG, 7) conformado por los bautizados (1 Cor. 12, 13), no es un lugar, somos personas, piedras vivas reunidas para la edificación de un edificio espiritual (1P 2, 4-5).
El templo, la casa de oración, es el lugar donde se congrega la Iglesia, para celebrar los misterios de Cristo: sacramentos y sacramentales, lo cual nos lleva a encontrarnos unos con otros y así encontrar a Dios, viendo y tratando al otro con Amor.
Esto da como fruto vivir los problemas y dificultades que cada uno tiene, apoyarnos los unos en los otros, darnos la mano para acompañarnos o el hombro para llorar, el abrazo de acogida o simplemente la mirada de hermandad. "Somos el templo de Dios vivo". (2 Co 6,16).
La Iglesia nos acompaña en nuestro diario vivir, celebrando el Sacramento que hace presente a Jesús: cuerpo, sangre, alma y divinidad, que se ha quedado con nosotros hasta el fin de los tiempos. (Mt. 28, 20). La Iglesia no es el templo, la Iglesia es mucho más. Es la presencia divina que nadie podrá acabar, ni las fuerzas del infierno la destruirán. (Mt. 16,18).
Cuando hables de La Iglesia, debes tener mucho juicio porque estas hablando de ti antes que de los demás. Y no solamente de ti, sino de Cristo que te vino a Salvar, y a dar vida de verdad.
El templo, la casa de oración, es el lugar donde se congrega la Iglesia, para celebrar los misterios de Cristo: sacramentos y sacramentales, lo cual nos lleva a encontrarnos unos con otros y así encontrar a Dios, viendo y tratando al otro con Amor.
Esto da como fruto vivir los problemas y dificultades que cada uno tiene, apoyarnos los unos en los otros, darnos la mano para acompañarnos o el hombro para llorar, el abrazo de acogida o simplemente la mirada de hermandad. "Somos el templo de Dios vivo". (2 Co 6,16).
La Iglesia nos acompaña en nuestro diario vivir, celebrando el Sacramento que hace presente a Jesús: cuerpo, sangre, alma y divinidad, que se ha quedado con nosotros hasta el fin de los tiempos. (Mt. 28, 20). La Iglesia no es el templo, la Iglesia es mucho más. Es la presencia divina que nadie podrá acabar, ni las fuerzas del infierno la destruirán. (Mt. 16,18).
Cuando hables de La Iglesia, debes tener mucho juicio porque estas hablando de ti antes que de los demás. Y no solamente de ti, sino de Cristo que te vino a Salvar, y a dar vida de verdad.
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