La Cuaresma
comienza el Miércoles de Ceniza y culmina el Jueves Santo en la tarde con la
Misa Vespertina de la Cena del Señor dando inicio al Triduo Pascual que
comprende los tres días de preparación para la celebración de la Pascua de
Cristo, y es el tema del presente artículo
Publicado el 25 de marzo de 2024
Para la celebración de la Pascua del Señor, es decir, el paso de Cristo de la muerte a la vida por su triunfante y gloriosa Resurrección, la Iglesia nos prepara por medio del tiempo de Cuaresma que es el período de 40 días de preparación por medio de la oración, reflexión, penitencia y limosna.
En este tiempo se nos
invita a una auténtica conversión de nuestras vidas a Dios y empezar una nueva
vida renovados por su amor y misericordia.
La Cuaresma
comienza el Miércoles de Ceniza y
culmina el Jueves Santo en la tarde con la Misa Vespertina de la Cena del Señor
dando inicio al Triduo Pascual que comprende los tres días de preparación para
la celebración de la Pascua de Cristo, y es el tema del presente artículo.
La palabra triduo procede del latín triduum que significa tres días y así como en muchos templos se preparan para la celebración de algún santo con un triduo, es decir, una preparación de tres días de anticipación con oraciones de igual manera para la celebración de la Pascua de Cristo la Iglesia nos prepara con el Triduo Pascual que abarca los días Jueves Santo en la tarde, Viernes Santo y Sábado Santo la cual culmina con la Vigilia Pascual y comenzar la Pascua.
En el Triduo
Pascual conmemoramos con la oración y reflexión los acontecimientos de la
redención humana la cual constituye el núcleo central de nuestra fe: la Pasión,
Muerte y Resurrección de Jesucristo.
Con estos sucesos
Cristo salvó a la humanidad del pecado y dio una nueva vida por la gracia de
Dios, y por eso nunca se puede desligar estos acontecimientos de la redención porque
para llegar a la resurrección Nuestro Señor Jesucristo tuvo que pasar por la
pasión y muerte en la cruz.
Por tales motivos, en la liturgia del Triduo Pascual, las principales celebraciones constituyen en si una sola celebración en tres partes que abarca todo el misterio pascual de la redención. El Calendario Litúrgico para Venezuela, editado anualmente por la Conferencia Episcopal Venezolana, refiere:
Por la celebración del Triduo pascual, denominado también “Triduo del Señor crucificado, sepultado y resucitado”, la iglesia medita sobre el misterio pascual de Cristo: el paso del Señor de este mundo al Padre.
Jueves Santo
Como se mencionó el Triduo Pascual comienza el Jueves Santo en la tarde con la Misa Vespertina de la Cena del Señor en donde se recuerda la Última Cena en la que Cristo instituyó los sacramentos de la Eucaristía y del Orden Sacerdotal, y se recuerda también que nos dejó el mandamiento del amor:
Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros. Ustedes deben amarse unos a otros como yo los he amado. En estos reconocerán todos que son mis discípulos: en que se aman unos a otros. (Jn. 13, 34-35).
En esta
Eucaristía se canta “El Gloria” y se
tiene también “El lavatorio de los pies”
en recuerdo cuando Jesucristo lavó los pies de los apóstoles en esa Ultima Cena
para darnos ejemplo de amor y servicio al prójimo especialmente a los más
necesitados.
La celebración
de la Misa culmina sin bendición al pueblo y se hace el traslado del Santísimo hacia
el lugar de la reserva previamente preparado para guardar las hostias
consagradas que se van a consumir el Viernes Santo y también para la adoración
y oración de los fieles en ese Jueves como también el Viernes Santo. Así se acompaña al Señor recordando aquellas palabras que le dijo a San Pedro en el huerto de Getsemaní
que es el lugar donde se dirigió al culminar la Ultima Cena y donde oro antes
de su prendimiento: “¿de modo que no
pudieron permanecer despiertos ni una hora conmigo?”. (Mt 26, 40).
Al terminar la
celebración eucarística se quita el mantel del altar en señal que la Iglesia no
va a realizar la Eucaristía hasta la Vigilia Pascual.
Viernes Santo
El Viernes Santo
es la conmemoración de la Pasión y Muerte de Cristo en la cruz y es día de
ayuno y abstinencia como sacrificio por la muerte del Redentor quien se entrega
a la muerte como cordero para la salvación del mundo. En ese día no se celebra la
Eucaristía sino que se realiza los Oficios del Viernes Santo o llamado también
la Celebración de la Pasión del Señor y consta de tres partes: Liturgia de la
Palabra, Adoración de la Cruz y la Sagrada Comunión.
La liturgia
comienza en completo silencio y el sacerdote se postra en el suelo como gesto
de humildad, penitencia y oración por el misterio de la pasión y muerte de
Cristo. Prosigue con una oración y se tiene de inmediato la Liturgia de
la Palabra con las lecturas del libro profeta Isaías, el salmo 31 (salmo 30 en
la liturgia), la carta a los Hebreos y la Pasión del Señor Según San Juan.
Luego el sacerdote da una breve homilía y culmina esta primera parte con la
Oración Universal que consta de 10 peticiones con sus respectivas oraciones por
cada petición.
Terminada la
Oración Universal se tiene la Adoración a la Santa Cruz en donde se recuerda
que Cristo murió en ese madero luego de un gran suplicio convirtiéndose la cruz
en signo de salvación. Durante la adoración se canta los Improperios que
significa “reproches” y refiere a los reproches de Cristo a su pueblo por
haberlo rechazado como también se puede entonar cantos de penitencia y perdón a
Dios.
Culminada la
Adoración a la Cruz se tiene la sagrada comunión por lo que se coloca sobre el
altar un mantel y un corporal. Entonces el sacerdote, diácono o un ministro
autorizado busca el Santísimo desde el lugar de la reserva, lo lleva al altar y
se coloca dos candelabros o velas, se reza el Padre nuestro y se tiene la
distribución de la comunión a la asamblea y al terminar se lleva el Santísimo a
un lugar destinado para la reserva y el sacerdote se despide con una oración,
pero sin bendición y la ceremonia termina también en completo silencio y se vuelve
a quitar el mantel del altar.
Sábado Santo y Vigilia Pascual
El Sábado Santo
es un día de oración, silencio y reflexión ante el Señor que está muerto y
sepultado. Durante el día no hay celebración eucarística y se medita sobre su
pasión y muerte para la redención del mundo.
En la noche se
realiza la Vigilia Pascual que corresponde las vísperas del domingo de
Resurrección y es considerada por San Agustín “la madre de todas las santas Vigilias” y es la solemnidad más
importante porque se celebra la pascua del Señor, es decir, el paso de Cristo
de la muerte a la vida durante la noche y constituye el fundamento de nuestra
fe católica.
La liturgia de la Vigilia Pascual está conformada por cuatro partes: la primera es la liturgia de la luz o llamada también lucernario y se realiza de la siguiente manera: el templo está con las luces apagada y en las afueras se bendice el fuego significando que su resplandor ilumina la noche y disipa las tinieblas.
Con el fuego se prende el cirio pascual que simboliza que Cristo es la luz del mundo, luego se entra a la iglesia con procesión y el sacerdote o diácono invoca cantando por tres veces a lo largo del templo “Luz de Cristo” y la feligresía responde cantando “demos gracias a Dios”.
Al
llegar al presbiterio el sacerdote o diácono o un laico canta el Pregón Pascual
que es un hermoso himno que presenta el misterio de la redención efectuada por
Jesucristo.
Al terminar el Pregón Pascual se efectúa la segunda parte que es la liturgia de la Palabra la cual consta de nueve lecturas: siete del Antiguo Testamento las cuales se hacen con las luces apagadas, uno del Nuevo Testamento y el Evangelio. Tanto las lecturas del Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento tienen cada una un salmo.
Al
culminar la última lectura del Antiguo Testamento se canta el gloria, las
campanas suenan y las luces del templo se prende significando que Cristo ha
resucitado y de inmediato se lee la epístola del Nuevo Testamento luego se
canta el salmo correspondiente y después la lectura del Evangelio y la homilía.
Después de la
homilía se tiene la tercera parte que es la liturgia bautismal en donde se
bendice el agua en la fuente bautismal y se administra el sacramento del
Bautismo en caso que haya catecúmenos y si son adultos reciben los demás
sacramentos de la iniciación cristiana (Confirmación y Comunión).
Posteriormente se realiza la bendición del agua que la asamblea lleva y después
se hace la renovación de las promesas bautismales al pueblo.
Finalmente se
tiene la cuarta parte que es la liturgia eucarística la cual se efectúa con
normalidad y en la forma acostumbrada con la diferencia que al concluir la
Eucaristía el sacerdote se despide de la asamblea con el doble Aleluya: “Podéis
ir en paz Aleluya, Aleluya” y la asamblea responde: “Demos gracias a Dios Aleluya, Aleluya”.
Con la Vigilia
Pascual se termina el Triduo Pascual y se comienza la Pascua que durará 50 días
hasta la solemnidad de Pentecostés.
Invitación de Dios
Por todo lo
antes mencionado que el Triduo Pascual sea verdaderamente un tiempo de oración
y reflexión por los acontecimientos de nuestra redención humana realizada por
Cristo y respondamos a la invitación del Señor de aceptar y responder a su plan
de amor para nuestra salvación y en la hora de nuestra muerte gozar de gozar de
la presencia de Dios por toda la eternidad.
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