Cuando alguien
regala una arepa, también
está dando el esfuerzo de conseguir los ingredientes, el tiempo para prepararla y "la intención de dar de lo que Dios nos
ha reparado”
La Vega, 15 de febrero de 2022
"Un sueño cumplido"
Las
buenas acciones sin duda son contagiosas. Testimonio de ello es la historia de
los integrantes del Movimiento Renacer,
grupo juvenil de la parroquia San
Alberto Hurtado, quienes la mañana del sábado 12 de febrero
llevaron arepas y alegría a los niños del sector El Encanto, ubicado en la
parte alta de La Vega.
Todo
comenzó cuando nos invitaron a colaborar en una actividad parecida en El
Petróleo, contó Mary Emilia Contreras, 20 años, una de las fundadoras del
Movimiento Renacer. Desde ese día tuvimos el sueño de hacer algo así en nuestra
parroquia.
Hoy, con la ayuda de donativos y el trabajo en equipo de más de 20 jóvenes, lograron compartir 170 arepas bajo el lema Danos hoy nuestro pan de cada día.
Lo soñaron y lo hicieron realidad. Pero esta actividad no se realizó de la
noche a la mañana, fue gestándose sábado a sábado.
En
las reuniones semanales del grupo juvenil, acompañados de Luis Varela SJ, los
jóvenes vegueños fueron definiendo detalles para concretar la acción: qué
sector iban a recorrer, cuál sería el público que alcanzarían y, muy
importante, cómo iban a conseguir el relleno para las arepas.
Pese a algunas dificultades iniciales, Dios permitió que todo se canalizara. En este sentido, queremos agradecer a los responsables de la organización Alimenta La Solidaridad, cuyo aporte fue vital para el logro del evento.
Hay que recalcar, asimismo, que cuando alguien regala una arepa no es solamente el alimento lo que está brindando. También está dando el esfuerzo que implicó conseguir esos ingredientes, el tiempo que se tomó para prepararlos y, sobre todo, la intención de dar de lo que Dios nos ha reparado.
La
jornada de este sábado comenzó cuatro horas antes que el recorrido en las
escaleras de El Encanto… Antes de que saliera el sol, los muchachos ocuparon la
cocina del colegio Andy Aparicio para empezar a hacer las arepas.
Hacer este “arepazo” fue todo un sueño cumplido, afirmó con fuego en los ojos Albani Orozco, 19 años, estudiante de Comunicación Social en la UCSAR.
Haber podido
materializar esta iniciativa nos llena de motivación para seguir haciendo
actividades de este tipo. De hecho, este fue uno de los motivos que nos llevó a
crear el movimiento.
Por
otro lado, no podemos dejar de mencionar que la actividad contó con el
acompañamiento del Padre Alfredo Infante SJ, párroco de San Alberto Hurtado,
junto con otros miembros en formación de la Compañía.
Estos eventos son importantes porque nos permiten conocer la realidad de nuestros vecinos y recibir su cariño, compartió el novicio Jean Carlos Parada a la hora de evaluar el evento.
Fue bonito que muchas personas nos invitaron a pasar a su casa y sentarnos. Oraron con nosotros y los niños nos regalaron una sonrisa.
Experiencias como esta nos demuestran que un fuego puede avivar fácilmente otros fuegos. Además, nosotros creemos que, en el fondo de su corazón, nadie tiene su llama apagada.
Hemos de recordar entonces que, aunque una llama puede permanecer pequeña mucho tiempo, varios estímulos pueden hacerla crecer con rapidez.
Roguemos
a Dios que la llama de los jóvenes de San Alberto Hurtado siga creciendo y que
con ella aviven muchos corazones.
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