El gran mensaje de José Gregorio es la necesidad de vivir de acuerdo a la fe cristiana, la grandeza de la religión católica, la importancia de la práctica religiosa y acoger las inspiraciones del Espíritu Santo, dice el arzobispo emérito de Caracas
Ramón Antonio Pérez // @GuardianCatolic
Caracas, 14 de mayo 2021
El domingo 23 de mayo de 2021 será la fiesta de Pentecostés, el recordado momento en el que el Espíritu Santo bajó sobre los apóstoles después de la ascensión de Jesucristo al Cielo. La venida del Espíritu Santo revitalizó a los apóstoles y fue el comienzo de la iglesia que salió a llevar el mensaje de Salvación por todo el mundo.
En este contexto reflexiona el Cardenal Jorge Urosa Savino a través de su artículo: “El Espíritu Santo y la renovación de la fe en Venezuela. El ejemplo de José Gregorio Hernández”, publicado en El Guardián Católico.
“Muchos se preguntan: ¿qué mensaje nos da ahora el Beato Dr. Hernández?”, escribe el arzobispo emérito de Caracas. “Yo creo que, a la luz de Pentecostés, debemos afirmar que el mensaje de José Gregorio es múltiple. Sin duda alguna es un mensaje de solidaridad, de inmensa caridad, de servicio, de ejemplar conducta cívica”.
“Sin la fuerza del Espíritu Santo que él había recibido en el Bautismo, sin la fe que lo alentó desde muy niño, sin la vivencia del amor de Dios que el Espíritu Santo le infundió, José Gregorio no hubiera sido el médico de los pobres ni el ejemplo de solidaridad que todos admiramos”, afirma en el citado artículo.
“La razón para que la Iglesia lo haya beatificado es, precisamente esta, la vivencia de las virtudes teologales de fe, esperanza y caridad”, dice el arzobispo emérito de Caracas. Agrega que practicó “la vivencia del amor fraterno, de la templanza en la castidad, de la prudencia en la acción, de la justicia en su conducta pública”.
A continuación, el artículo del Cardenal Jorge Urosa Savino:
EL EJEMPLO DE JGH
Dentro de pocos días, el domingo 23 de mayo, los católicos celebraremos la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles en el Cenáculo, unidos en torno a María Santísima. Conmemoramos el inicio de la acción evangelizadora de la Iglesia. Jesús había prometido a los Apóstoles enviarles su Espíritu divino, para que los confirmara en la fe, les diera mayor entendimiento de sus enseñanzas, y los llenará de fuego evangelizador. Y así lo hizo.
Por eso la Iglesia celebra con gran esplendor este hecho histórico, que, de manera misteriosa se sigue efectuando hoy, pues el Padre celestial continúa enviando su Espíritu sobre nosotros, para hacernos hijos suyos como Jesús, para iluminar nuestro entendimiento con la luz de la fe, y para fortalecer nuestra voluntad de seguir a Jesús, y de anunciar su nombre como salvador a todos los pueblos.
Por eso, para los fieles católicos esta fiesta es de suma importancia. En ella acogemos con entusiasmo la presencia viva del Espíritu divino en nosotros, y nos dejamos llevar por él para vivir a fondo nuestra fe, amar a nuestros hermanos con el amor de Cristo, y realizar la labor de anunciar el evangelio al mundo entero, como Iglesia misionera, comenzando por anunciar a Jesús a las personas con las cuales vivimos y con quienes nos encontramos diariamente.
EL ESPÍRITU SANTO Y EL BEATO JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ
Por otra parte, acabamos de celebrar la beatificación del insigne hombre de Dios, médico de los pobres y cristiano ejemplar, que fue el Dr. José Gregorio Hernández. Muchos se preguntan: ¿qué mensaje nos da ahora el Beato Dr. Hernández? Yo creo que, a la luz de Pentecostés, debemos afirmar que el mensaje de José Gregorio es múltiple. Sin duda alguna es un mensaje de solidaridad, de inmensa caridad, de servicio, de ejemplar conducta cívica.
Pero más que eso, el mensaje fundamental de este gran hombre de Dios tiene que ver con el elemento, el aspecto, la fuerza viva que impulsa toda esa vida ejemplar de caridad fraterna, de honestidad, de corrección, de ejemplaridad cívica, y es la vivencia de la fe cristiana y del amor a Dios.
Sin la fuerza del Espíritu Santo que él había recibido en el Bautismo, sin la fe que lo alentó desde muy niño, sin la vivencia del amor de Dios que el Espíritu Santo le infundió, José Gregorio no hubiera sido el médico de los pobres ni el ejemplo de solidaridad que todos admiramos.
La razón para que la Iglesia lo haya beatificado es, precisamente esta, la vivencia de las virtudes teologales de fe, esperanza y caridad; la vivencia del amor fraterno, de la templanza en la castidad, de la prudencia en la acción, de la justicia en su conducta pública.
RENOVAR LA FE EN VENEZUELA
Nuestra querida Venezuela está sintiendo el embate de la secularización y de la frialdad religiosa. Además, tenemos el gran reto de llevar el conocimiento de la fe a los millones de niños y jóvenes que no conocen a Jesús. Hay que imprimir nuevo impulso a la evangelización y a la catequesis parroquial. Hay que promover la renovación de la fe en nuestra Patria. Por eso, el mensaje fundamental que debemos presentar y difundir, el ejemplo que nos da el nuevo Beato, es precisamente el de vivir el cristianismo a fondo, de seguir a Jesucristo, y amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.
El gran mensaje de José Gregorio es la necesidad de vivir de acuerdo a nuestra fe cristiana, la grandeza de la religión católica, la importancia de la práctica religiosa y de acoger las inspiraciones del Espíritu Santo. El testimonio de santidad de José Gregorio nos invita también a una intensa acción apostólica de Iglesia en salida evangelizadora. Y este mensaje es tanto más importante y necesario hoy día cuando hay en el mundo una fuerte corriente de descuido y hasta rechazo de Dios y de ataque a lo religioso, de primacía de lo secular y la fraternidad humana sin Dios.
CONCLUSIÓN: IMITEMOS AL BEATO JOSÉ GREGORIO
Que el Espíritu Santo, nos lleve a imitar de verdad José Gregorio en lo fundamental: el amor a Dios y el amor al prójimo. Que el Espíritu Santo nos haga sentir su fuerza renovadora y santificadora, a seguir sus inspiraciones, a identificarnos con Jesucristo y seguirlo sin vacilar, a anunciarlo sin temor y sin reticencia, a practicar nuestra religión con libertad y sin respeto humano, a realizar una acción verdadera y abiertamente evangelizadora, movidos por el ardor apostólico que proclamaba San Juan Pablo II.
Que María Santísima, movida por el Espíritu Santo a cumplir la Palabra de Dios, a ser la madre de Jesucristo y a consagrarse plenamente a Él, nos ayude a sentir la alegría de actuar siempre como José Gregorio, siguiendo las inspiraciones del Espíritu de Dios. Amén.
Caracas, 15 de mayo de 2021,
CARDENAL JORGE UROSA SAVINO
ARZOBISPO EMÉRITO DE CARACAS
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