Ramón Antonio Pérez/Aleteia Venezuela
| Jul 11, 2017
“En
nuestra agenda de trabajo ocupa un lugar importante el estudio de la grave
situación que sacude los cimientos del país. Nos anima el propósito de
aportar luces y señalar caminos de solución, desde nuestra condición de
pastores, que caminamos con el pueblo, al que pertenecemos, acompañando y consolando
particularmente a los familiares de las víctimas y a los más pobres y
afligidos”.
De
esta manera se lee en el segundo párrafo de una carta que este 10 de julio, la Conferencia
Episcopal Venezolana, envió al presidente Nicolás Maduro, solicitando una vez
más, reconocer la autonomía de los poderes públicos y retirar la convocatoria
de una Asamblea Nacional Constituyente prevista para el 30 de julio.
Los
obispos están convencido que si está en el deseo de Maduro “resolver la grave
crisis de escasez alimentaria, de medicinas, y de inseguridad, que está
causando incontables víctimas, particularmente entre niños y personas mayores
en todo el territorio nacional”, es urgente, cumplir con tres condiciones indicadas
en la misiva.
“Reconocer
la autonomía de todos los poderes públicos y trabajar conjuntamente con ellos, particularmente
con la Asamblea Nacional y la Fiscalía General de la República”, es la
primera exigencia, según la misiva.
“Retirar la convocatoria de una Asamblea Nacional
Constituyente”, es la segunda, mientras que en tercer lugar, sugieren:
“Asumir
e implementar los acuerdos que se alcanzaron en la primera ronda de diálogo con
la oposición”.
Recordaron preocupación del Papa
Igualmente,
en la carta que fue recibida y sellada en la Presidencia de la República, los
obispos recuerdan a Maduro que el Santo Padre Francisco “ha estado siguiendo
con gran preocupación la situación que vive nuestro pueblo venezolano y
nos ha dirigido en repetidas oportunidades, alentadoras palabras de
solidaridad”.
En
ese sentido, compartieron con el mandatario nacional algunos mensajes que el
Papa Francisco ha pronunciado en favor de Venezuela, en este año 2017.
“No
dejan de llegar dramáticas noticias sobre la situación en Venezuela y el
agravarse de los enfrentamientos, con numerosos muertos, heridos y detenidos.
Mientras me uno al dolor de los familiares de las víctimas para quienes aseguro
oraciones de sufragio, dirijo un apremiante llamamiento al gobierno y a todos
los componentes de la sociedad venezolana para que se evite cualquier forma ulterior
forma de violencia, sean respetados los derechos humanos, y se busquen
soluciones negociadas a la grave crisis humanitaria, social, política y
económica que está agotando a la población”, citaron del pasado 30 de abril.
“Al
igual que ustedes, estoy persuadido de que los graves problemas de Venezuela se
pueden solucionar si hay voluntad de establecer puentes, de dialogar seriamente
y de cumplir los acuerdos alcanzados”, recordaron del 23 de mayo de 2017.
Y
más recientemente, indicaron al Gobierno de Maduro, que el 2 de julio, el Sumo
Pontífice, aseguró su oración por esta querida nación y expresó su cercanía a
las familias que han perdido a sus hijos en las manifestaciones.
“Hago
un llamamiento para que se ponga fin a la violencia y se encuentre una solución
pacífica y democrática a la crisis”, citó el Episcopado Venezolano.
También
expresaron “nuevamente” al mandatario venezolano “nuestra disposición de ponernos
al servicio del encuentro y de la reconciliación entre todos los venezolanos,
por el camino que señala el Santo Padre”, según se lee en la misiva.
Finalmente,
la Conferencia Episcopal Venezolana, elevó sus oraciones a Dios para que “le
ilumine y le otorgue la audacia necesaria” a Nicolás Maduro, “para
que permita una salida democrática del país y enrumbarlo por los senderos de la
convivencia, de la justicia y de la paz”, dice la carta.
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