El
Arzobispo de Caracas dijo que la Iglesia encomendó importantes misiones a Baltazar Porras como presidir la comisión de las visitas del Papa Juan Pablo II; y ser
garante de la vida de Hugo Chávez en el año 2002
Ramón Antonio Pérez // @GuardianCatolic
Nota de Prensa y Fotos CEV // @CEVmedios
CARACAS, 10 de julio de 2017
El arzobispo de
Caracas, cardenal Jorge Urosa Savino, junto a sus obispos auxiliares, rindieron
un homenaje al cardenal Enrique Baltazar Porras Cardozo, arzobispo de Mérida,
por su nombramiento y consagración como segundo cardenal activo del país,
convirtiéndose así en el sexto purpurado en la historia la iglesia católica en Venezuela.
La oficina de
prensa de la Conferencia
Episcopal Venezolana, informó que la eucaristía se realizó este
domingo 9 de julio en la parroquia San Juan Pablo II, en Montalbán, en la que
estuvieron presentes los arzobispos y obispos de Venezuela que se encuentran en
asamblea ordinaria del 7 al 12 de este mes.
También participaron
algunos movimientos pastorales arquidiocesanos y la feligresía de las diferentes
parroquias que conforman la Arquidiócesis de Caracas, revela la fuente
informativa de la iglesia venezolana.
Durante la
homilía, el cardenal Urosa, destacó la importancia del sacerdocio “como
presencia viva de Jesús, cuyo corazón es manso y humilde, y nos consuela en la
tribulación”. En ese sentido, refirió que el modelo del sacerdocio es
Jesús Buen Pastor, que da la vida pos sus ovejas.
“Como obispos y
sacerdotes”, dijo el arzobispo de Caracas, “es necesario practicar las virtudes
de santidad y entrega al trabajo pastoral al servicio de los fieles que se les
ha encomendado, convirtiendo el sacerdocio en instrumento de misericordia en un
mundo hostil cargado de penas y sufrimientos”.
También hizo
memoria de los años de vida sacerdotal del hoy cardenal Baltazar Porras, a quien
describió como un pastor que ha atendido las necesidades espirituales de la
grey que se le ha encomendado.
Destacó que por
su corazón generoso y misericordioso, se le ha confiado grandes misiones, entre
ellas, presidir la comisión de las visitas del para entonces Papa Juan Pablo
II, hoy Santo; y la de ser garante de la vida del
presidente de Venezuela en el año 2002, cuando el país atravesaba momentos
difíciles, misión que cumplió según lo ha enseñado la iglesia.
El Arzobispo de
Caracas, recordó que le une con Porras una amistad desde jóvenes. Juntos han compartido
“momentos alegrías y tristezas”, y refirió “que es un regalo de Dios compartir
la investidura cardenalicia con quien le une una gran amistad”.
El cardenal
Urosa Savino, apuntó que el próximo 30 de julio, el cardenal Porras, celebrará
sus bodas de oro sacerdotales, lo cual recordó con alegría, pues fue el diácono
que lo acompaño durante su ordenación sacerdotal.
También recordó
que esa ordenación estuvo marcada por el terremoto que azotó a la ciudad de
Caracas hace 50 años, sin embargo, para la Iglesia venezolana el ministerio de
Su Eminencia Baltazar Porras ha sido de gran provecho, al punto, que por sus
virtudes y cualidades, el Papa Francisco lo incorporó al Colegio Cardenalicio.
Por su parte, el
cardenal Porras, agradeció el gesto de hermandad de los obispos de Venezuela
ante el homenaje realizado a su persona, indicando “que su trabajo y amor por
la iglesia ha sido y será su modo de vida2, sostiene la nota de prensa de la
CEV.
En cuanto a su investidura
como Cardenal, el arzobispo de Mérida, dijo que la responsabilidad que el Santo
Padre le ha encomendado más que ser un privilegio, es un compromiso a ser más
servidor de la Iglesia y sus fieles.
“Recordó con
alegría sus años de juventud junto a quienes hoy le acompañan como obispos, con
quienes compartió”, según dijo, “travesuras en el seminario”, pero también “formación
en valores y sabiduría de Dios”, dice la nota de la CEV.
Al finalizar la
eucaristía la Arquidiócesis de Caracas ofreció una cena en homenaje al Cardenal
Baltazar Porras, en las instalaciones de la Conferencia Episcopal Venezolana.
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