El arzobispo
emérito de Cumaná fue presidente del Episcopado Venezolano durante dos períodos
sucesivos, dejando para la historia la coherencia de sus convicciones
cristianas, y su impronta como hombre de paz y de dialogo en momentos muy álgidos
Ramón Antonio
Pérez // @GuardianCatolic
Publicado el 9 de julio de 2023
El Papa Francisco
sorprendió este domingo 9 de julio de 2023 al anunciar la creación de 21 nuevos
Cardenales de la Iglesia, cuyo consistorio está previsto para el próximo 30 de
septiembre.
Entre los nombrados se encuentra monseñor Diego Rafael Padrón
Sánchez, arzobispo emérito de Cumaná, quien se convierte en el VII Cardenal de
Venezuela.
Diego Padrón, con
84 años de edad, ha dejado una huella en la historia reciente de la iglesia en Venezuela.
Presidió el Episcopado Venezolano durante dos períodos consecutivos y se
destacó por la coherencia de sus convicciones cristianas y su impronta como
hombre de paz y diálogo en los momentos álgidos del país.
Según el anuncio
del Vaticano, 20 de los nuevos Cardenales son menores de 80 años y tendrán la
posibilidad de elegir y ser elegidos en un futuro Cónclave.
Aunque por su edad
no podrá votar en un posible cónclave para suceder al Papa Francisco, su
nombramiento como Cardenal es un reconocimiento honorífico a su labor en la
iglesia. Es una oportunidad para continuar aportando sus ideas y experiencias a
la Iglesia Católica, y sin duda, será nuevamente una voz importante para
Venezuela.
Los
Cardenales son miembros del Colegio Cardenalicio cuya principal misión es
elegir al sumo pontífice en caso de fallecimiento o renuncia como fue el caso más reciente con el papa Benedicto VXI. En circunstancias
habituales, el deber fundamental del Colegio Cardenalicio es aconsejar al Papa, y es entonces la principal tarea de los cardenales.
Su nombramiento una buena noticia
El nombramiento de
Padrón Sánchez ha caído muy bien en la feligresía venezolana. Igualmente, en
algunos medios nacionales e internacionales que le han dedicado sendos
titulares. Todo esto se traduce como una decisión acertada por parte del Santo
Padre.
Hasta la fecha, Venezuela
había tenido seis cardenales en su historia eclesiástica: José Humberto
Quintero Parra (1960-1980); José Alí Lebrún Moratinos (1980-1995); Ignacio Antonio
Velasco G. (1995-2003) y Jorge Liberato Urosa Savino (2005 - 2021) quienes
sucesivamente fueron arzobispos de Caracas. Al grupo se le suma Rosalio José Castillo Lara, creado Cardenal el 25
de mayo de 1985, con responsabilidades en El Vaticano y falleció en Caracas, el
16 de octubre de 2007, se cita de El Guardián Católico.
Diego Padrón con
su nombramiento como VII cardenal venezolano, vendrá a acompañar en ese nivel
de la jerarquía católica a Baltazar Enrique Porras Cardozo, arzobispo de
Caracas, purpurado de la Iglesia desde el 9 de octubre de 2016.
Hombre frontal, pero de paz y dialogo
Monseñor Diego Rafael Padrón Sánchez nació en Montalbán,
estado Carabobo, el 17 de mayo de 1939. Fue Ordenado Sacerdote el día 4 de
agosto de 1963, por monseñor José Alí Lebrún Moratinos, entonces Obispo de
Valencia.
Su Santidad Juan
Pablo II lo nombró Obispo Auxiliar de Caracas siendo su ordenación episcopal el
27 de mayo de 1990 por José Alí Lebrún Moratinos, arzobispo de Caracas.
Entre sus
responsabilidades estuvo en la presidencia de la Conferencia Episcopal
Venezolana durante dos períodos consecutivos; primero, desde 2012 a 2015; y
segundo, desde 2015 a 2018.
Ambos
períodos fueron muy álgidos en el contexto de la realidad venezolana y en el
que se produjo la mayor emigración de nacionales huyendo de la pobreza, las enfermedades
y la persecución política implantada por el régimen socialista.
En este tiempo dejó plasmada la coherencia de sus convicciones
cristianas, así como la defensa de los derechos humanos y civiles de los venezolanos,
a través de frases reflexionadas a la luz del Evangelio y la realidad.
Está
en juego el bien común del país y la defensa de la ética. Alterar la
Constitución para alcanzar un objetivo político es moralmente inaceptable,
dijo el 7 de enero de 2013, al entorno del presidente Hugo Chávez, a quien
se le tenía por enfermo.
Uno de los hechos
notorios al frente de la CEV, ocurrió el 19 de mayo de 2017, cuando sostuvo un
encuentro con una comisión del gobierno de Nicolás Maduro, donde les dijo:
Venezuela no necesita una constituyente, lo
que hace falta no es reformar el texto constitucional, sino que el Gobierno le
dé pleno cumplimiento a su letra y su espíritu.
Por su importancia
histórica, se reproduce en el siguiente artículo:
Eran las 10.20 de la mañana, de este 19 de mayo. Monseñor Diego Padrón Sánchez, presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), estrechaba las manos al ministro de educación Elías Jaua Milano, responsable de la comisión para la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que impulsa el gobierno de Nicolás Maduro en el país bolivariano.
“Esta casa nuestra es la ‘Casa de todos’. Bienvenidos”, le dijo.
La comisión llegó puntual a la invitación hecha por los obispos, pero inmediata fue también la respuesta que éstos le tenían acerca de la convocatoria de una Constituyente.
Durante el encuentro Padrón Sánchez estuvo acompañado del secretario general de la CEV, Víctor Hugo Basabe, obispo de San Felipe; Raúl Biord Castillo, obispo de La Guaira; Jesús González de Zárate, obispo auxiliar de Caracas; y José Ángel Divasson, obispo emérito del Vicariato Apostólico de Puerto Ayacucho. Del lado oficialista, además de Jaua, asistieron, entre otros, el ministro Aristóbulo Istúriz, vicepresidente para el socialismo territorial y ministro para las Comunas y el jurista Herman Escarrá.
Luego de escuchar los argumentos de la comisión, relativas a la “Constituyente de Maduro”, monseñor Padrón leyó un documento en el que fue describiendo las razones de la negativa del Episcopado Venezolano a la propuesta, sin “entrar a debatir con ustedes los pro y los contra de la iniciativa presidencial”.
Al culminar la Rueda de Prensa monseñor Diego Padrón agradeció y bendijo a los periodistas - Foto: @GuardianCatolic
Las inconveniencias de la Constituyente
En primer lugar dijo que es innecesaria, porque Venezuela cuenta con una de las constituciones más completas del mundo. Este argumento fue ratificado posteriormente ante los periodistas. Efectivamente, la Carta Magna en vigencia, “contiene lo que cualquier otra constitución nacional quiere garantizar”.
Por tanto, “lo que hace falta no es reformar el texto constitucional, sino que el Gobierno le dé pleno cumplimiento a su letra y su espíritu”, expresó. Si el Gobierno cumpliera la Carta Magna, “podría, en algún caso, proponer su enmienda”, sostuvo.
En segundo lugar, les dijo que la Asamblea Nacional Constituyente es innecesaria porque no es lo prioritario para el pueblo. “Lo que necesita y reclama el pueblo, en primer lugar, es comida, medicinas, seguridad, paz y elecciones justas”. En ese sentido, mencionó que una Constituyente “retrasa el proceso electoral ya sobrepasado en el tiempo”, conforme a las leyes.
“Por estas y otras razones, la iniciativa presidencial tiene muy escasa aprobación”, le dijo a la comisión presidencial. Padrón explicó que esta propuesta no ha traído tranquilidad al país. “Incluso, dentro del oficialismo hay quienes la adversan o no la consideran conveniente u oportuna”, agregó el arzobispo de Cumaná.
En tercer lugar, indicó que es inconveniente, “porque la nueva estructura de Estado, la estructura comunal, que el Gobierno pretende introducir mediante la Asamblea Constituyente, fue ya consultada al pueblo en 2007 y el pueblo la rechazó”. En consecuencia, dijo: “la soberanía popular debe ser respetada”.
El cuarto argumento de los obispos para rechazar la Constituyente de Maduro, es que ésta “suprimiría de facto el ejercicio de la Asamblea Nacional, la cual fue elegida por una abrumadora mayoría nacional en elecciones universales, directas y secretas”.
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"Lo que hace falta no es reformar el texto constitucional, sino que el Gobierno le dé pleno cumplimiento a su letra y su espíritu", dijo el presidente de la CEV - Foto: @GuardianCatolic |
No ayuda al común entendimiento
El presidente de la CEV sostuvo, además, que una Asamblea Constituyente es inconveniente, porque no contribuye al entendimiento entre los venezolanos.
“Ustedes han insistido en que la propuesta presidencial, en los términos en que hasta ahora ha sido formulada, tiene como objetivo el diálogo y la paz. La Iglesia apoya y comparte este objetivo. Pero, al mismo tiempo, está convencida de que el único camino para el diálogo y la paz es la consulta al pueblo sobre si quiere o no esta propuesta presidencial”.
Advirtió que hablaba “de una consulta universal, con voto directo y secreto, tal como lo prevé nuestra Constitución Nacional, en base al principio de ‘una persona, un voto’. El pueblo es el verdadero sujeto social de la democracia”.
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La comitiva presidencial al momento de llegar a la sede de la Conferencia Episcopal Venezolana - Foto: @GuardianCatolic |
Un poquito, del “puertas adentro”…
Durante la reunión, la comisión presidencial de Maduro mantuvo su propuesta de convocar a “una Constituyente”, argumentando que “no es comunal”, sino “sectorial”, según referían Elías Jaua y sus acompañantes. También expresaron el deseo de dialogar con la oposición y que habría elecciones generales en 2018.
Los obispos insistían en los cuatro puntos contenidos en la carta del Cardenal Pietro Parolín del 1 de diciembre de 2016. “Quien incumplió fue el Gobierno que no liberó presos políticos, no abrió el canal humanitario, pospuso las elecciones regionales y locales e irrespetó a la Asamblea Nacional”, dijeron con contundencia pero respetuosamente.
Respecto a las protestas que se mantienen en Venezuela a casi 50 días, los obispos recordaron que quienes hoy dirigen el país, “también fueron estudiantes que protestaban pero parece que la sensibilidad se les olvidó”. Exigieron “respetar las justas peticiones de la gente contra el Gobierno y que cese la represión, porque “¡ya basta de muertes!”.
La reunión culminó a las 12 del mediodía. Luego, se realizaron sendas ruedas de prensa, hablando en primer lugar el invitado de la CEV. Elías Jaua informó que la reunión “sirvió para construir puentes de entendimiento entre el gobierno y la Iglesia”, reconociendo que hasta llegaron a rezar junto a los obispos “porque nosotros somos católicos”.
Pero dijo algo que hasta ahora no había sido expresado por el Gobierno acerca de la Iglesia: “La Conferencia Episcopal no es un partido político como sí lo es la Mesa de la Unidad Democrática”, reconociendo que es con ésta con la que deben acordar.
Padrón sostuvo que la reunión “ha sido un encuentro que rompe algunas barreras que se oponen al diálogo, pero es imprescindible superar la mutua desconfianza”.
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