El sacerdote de casi cien años, a través del libro
“Bolívar Católico”, revela aspectos de la fe del Libertador, al portal Aleteia
Simón Bolívar fue un católico practicante como ninguno. Existe documentación completa no solo de su bautismo, confirmación y matrimonio, sino también de su constante invocación a Dios y del respeto a la Iglesia y al Papa, así como de sus actos de piedad. No dejaba las misas los domingos, y cuando iba a las campañas por la Independencia, llevaba un capellán.
Así
se expresa monseñor Alfonso de Jesús Alfonzo Vaz, quien nació en Caracas el 12
de junio de 1917, es decir, cuenta con 99 años y más de seis meses de vida,
buena parte de la misma dedicada al trabajo pastoral y social, además de a la
investigación histórica.
En
1999 escribió el libro “Bolívar Católico”, dejando evidencia del respeto y
admiración que siente por el Libertador (nacido en Caracas el 24 de julio de 1783), que este 17 de diciembre de 2016, conmemora
186 años de su muerte.
“Al Libertador se le conoce más por su proeza
independentista, por ser un buen bailarín pero no por la fortaleza de su fe cristiana”,
comentó para Aleteia, durante un encuentro facilitado por el padre Juan
Manuel Fernández, quien asiste al anciano sacerdote.
Respecto
a Simón Bolívar dijo que “en sus primeros meses de viudo, quiso
conocer cómo era la masonería, y esto ha sido aprovechado por sus detractores
y por quienes no lo han estudiado a profundidad o lo desconocen, con la
intención de desacreditarlo en su fe”.
Enfatizó
que luego de estudiar por muchos años los documentos relacionados con su vida y
obra, “hoy puedo decir con total claridad que el Libertador no fue masón ni
practicante de cualquier rito o creencia que no fuera la religión católica”.
Informó
que incorporará a la obra, “algunas cosas nuevas que he encontrado” y
dará mejor forma a las investigaciones allí contenidas. “Con motivo de arribar a mis cien
años, Dios mediante, estoy esperanzado en que esto será un aporte positivo para
el país”, apuntó.
La profanación en tiempos de
Chávez
Precisamente,
uno de los temas que desea incorporar tiene que ver con la exhumación de los
restos del Libertador Simón Bolívar en julio de 2010, promovida por el entonces
presidente de Venezuela, Hugo Chávez, acción que fue considerada por este
insigne sacerdote como una “vulgar profanación” en la que se practicaron ritos
de la santería cubana.
“No
había necesidad de profanar los restos de Simón Bolívar una vez que fueron
trasladados al Panteón Nacional, porque el informe que presentó el doctor
Alejandro Próspero Réverend como consecuencia de la autopsia que le realizó después
de su muerte en 1830, y recogido en ‘Bolívar Católico’, explica claramente las
razones de su fallecimiento: ¡tuberculosis! No fue envenenado ni habían otras
causas”, alegó el sacerdote.
“Estoy
convencido que El Libertador hubiese rechazado la profanación de su cuerpo tal
como fue cometida por el presidente Chávez, porque fue llevada a cabo con el
mayor de los secretos y por personas practicantes de la santería cubana,
babalaos y otros personajes con fines inconfesables pero claramente teñida de
intenciones nada santas”, añadió.
Bolívar, ¿Incrédulo o creyente?
La
afición de monseñor Alfonso Alfonzo Vaz por la obra del Libertador no es nueva,
prácticamente comenzó en su etapa de adolescente.
Con gran orgullo comentó que sus
investigaciones iniciales le depararon una gran sorpresa: era familiar de Simón
Bolívar.
“Un
día yo le dije a mi papá que quería escribir sobre la vida de Bolívar”,
reveló durante la conversación. “Mi abuela que tu conociste (Begoña de la
Torre Blanco) era prima de Concepción Palacios y Blanco, la madre del
Libertador”, le dijo a su progenitor en aquella ocasión.
“Es decir, yo soy familiar de Bolívar por mi
línea materna”, acotó con una pícara sonrisa y agitando un ejemplar de
‘Bolívar Católico’ entre sus arrugadas manos.
Monseñor Alfonso de Jesús Alfonzo Vaz junto a un grupo de familiares que frecuentemente lo visitan en la Casa Sacerdotal de la Arquidiócesis de Caracas. |
De
hecho, el árbol genealógico que adorna la sala donde le atienden en la Casa
Sacerdotal, muestra no solo muestra los vínculos que le unen a Bolívar sino
también al Mariscal Sucre con alcance hasta El Cid Campeador y otras figuras
del mundo político, religioso y militar.
De
manera que el interés por conocer más de Simón Bolívar fue creciendo mientras
fortalecía su vocación sacerdotal con apoyo del noveno arzobispo de Caracas,
Felipe Rincón González (1916-1946), reveló más adelante. La ordenación sacerdotal
de Alfonso de Jesús Alfonzo Vaz se produce el 23 de marzo de 1940, en Roma, al
calor de la II Guerra Mundial.
Explicó
que realizó otras publicaciones como Religiosidad del Libertador, entre
1960 y 1970; y la tesis: ‘Bolívar, ¿incrédulo o creyente?’, que
en 1984, le hizo merecedor del primer premio en un concurso del Banco Lara. “Ese
libro antecedió a ‘Bolívar Católico’, el cual hice luego para ampliar el conocimiento
de la fe del Libertador”, señaló.
Precisó
que durante sus primeras investigaciones le llamó mucho la atención el
matrimonio de Simón Bolívar con María Teresa del Toro y Alaysa, realizado en
Madrid el 26 de mayo de 1802. - ¿Por qué le llamó la atención este episodio?,
se le requirió al investigador. - “Porque él era muy joven. Él tenía 19 años y
ella 22, por lo cual hubo que pedir una dispensa al Papa Pío VII, así como a su
tío Esteban. Eso está recogido en el libro”, respondió.
La curiosidad por la masonería
Pero
el matrimonio de Simón Bolívar duró apenas ocho meses y tras la muerte de su
esposa, el 22 de enero 1803, el futuro Libertador de América se hundió en un profundo pesar que desde Caracas lo hizo
regresar a Europa a finales de ese año, explica monseñor Alfonzo Vaz.
Narró
que para conocer de manera más amplia sobre este episodio consultó a monseñor
Nicolás Eugenio Navarro Ortega, quien fue deán del archivo del cabildo
eclesiástico de Caracas entre 1913 y 1960. “Monseñor Navarro me quiso muchísimo
y era también un gran admirador de Bolívar. Un día me dijo: Sí, yo
escribí un libro sobre La cristiana muerte del Libertador,
porque decían que era masón”, refirió el investigador.
Prosiguió
relatando que “Simón Bolívar retornó a Europa para mitigar su dolor. “Allí se
encontró con Francisco de Miranda, Simón Rodríguez y Alejandro de Humboldt, entre
otros, quienes le invitaron a meterse en la masonería ‘porque estamos
conspirando contra el gobierno’, y en la masonería hay secretos que no
se pueden divulgar como este”.
Citando
el libro Diario de Bucaramanga del edecán del libertador, Luis Perú de Lacroix,
del 11 de mayo de 1828, comentó acerca de una pregunta que este le hiciera a
Bolívar sobre la masonería: “¿Es verdad que su excelencia fue masón?”.
Según
parafraseó el sacerdote caraqueño, Bolívar habría respondido: “Es
verdad yo me inscribí en la masonería pensando que podía servirme para mis
ideas por la independencia, pero pronto me salí de ahí porque encontré
unos pocos ilusos, bastantes ignorantes y muchísimos necios que juegan con
intereses que no conocen”.
La Patena de Oro de Bolivia
El Cardenal Jorge Urosa Savino saluda a monseñor Alfonso de Jesús Alfonzo Vaz, durante una celebración del año 2015, en la Catedral Metropolitana de Caracas. |
Otro
episodio que monseñor Alfonso de Jesús Alfonzo Vaz ha investigado para
corroborar la fe de Simón Bolívar, fue el desprendimiento de un regalo que le
hicieron en Bolivia, en junio de 1825, durante su encuentro con el Mariscal
Antonio José de Sucre.
“Cuando llegó a Bolivia le hicieron un
recibimiento apoteósico. El Gobernador le dio las llaves de la ciudad, hechas
totalmente en oro macizo”, comentó detallando el acontecimiento.
“Al
terminar la fiesta, Bolívar llamó al capellán de nombre Fraile Torres, y le
dijo: esto es para Usted, fraile. Mande a hacer una Patena para que se
recuerde de mi durante la celebración del Sacrificio de Nuestro Señor”, contó.
“¿Era
o no era católico, eh?”, preguntó con gran entusiasmo al
redactor tras considerar que su premisa era certera y quedaba demostrada con
este suceso de la historia bolivariana.
Alfonzo Vaz conoció al mártir
Montes de Oca
Retomando
un poco de su propia vida, monseñor Alfonso de Jesús Alfonzo Vaz habló de
aquellos años en los que recibió su formación en la Universidad Gregoriana de
Roma.
Tuvo la oportunidad de conocer de cerca a monseñor Salvador Montes de
Oca, el segundo obispo de Valencia e “insigne mártir de la libertad y la
caridad”, hoy en camino a los altares.
Comentó
que “el obispo había sido expulsado de Venezuela el 11 de octubre de 1929 por
Juan Vicente Gómez pero al poco tiempo regresó al país y al cabo de unos pocos
años vuelve salir para entregarse a la vida contemplativa. Luego ingresa a la
Orden de los Cartujos, en Italia”.
“El
7 de septiembre fue fusilado por los nazis alemanes junto a varios monjes, en
la región de Toscana, Italia, por dar refugio a perseguidos políticos. Yo
reconocí su breviario cuando el cuerpo era inspeccionado en la fosa común por
los enviados especiales de Venezuela”, dijo.
Con
jocosidad dijo que ha sobrevivido a 8 Papas, 7 arzobispos de Caracas y 20
presidentes de Venezuela. “Así lo ha querido Dios”, esbozó con alegría. “El décimo
arzobispo de Caracas, Lucas Guillermo Castillo (1946-1955) fue muy amigo de mi
familia. Tenía una granja en Guiripa, estado Aragua, y mi hermano de profesión
veterinario trabajó con él”, rememoró.
Respecto
a José Humberto Quintero (1960-1980), primer cardenal venezolano y duodécimo
arzobispo de Caracas, dijo lo siguiente: “Fue un segundo padre para mí. Me contó
muchas veces cómo fue su vida y lo recuerdo como un gran sacerdote y un
excelente bolivariano”.
Rezar para salir del abismo
Más
recientemente, Alfonzo Vaz se declaró muy amigo del cardenal Baltazar Enrique Porras
Cardozo y considera que cumplirá una misión más allá de las fronteras de Venezuela.
“Considero
que su designación es merecida”, dijo respecto al arzobispo de Mérida.
Comentó
que el día de su creación como Cardenal notó al Papa Francisco decirle algo al
oído, por lo cual Baltazar Porras salió con un profundo sentimiento, según su
apreciación. “Yo me temo que ese nombramiento es para subirlo un poco más, para darle
otras responsabilidades y dejarlo trabajando fuera de Venezuela”, adujo
el sacerdote.
Es
de resaltar que a sus casi cien años de vida, monseñor Alfonso de Jesús Alfonzo
Vaz, cumple con su participación diaria en la santa misa, el rezo del Santo
Rosario y se confiesa todos los viernes. “Hay que estar preparado para cuando Dios lo quiera”,
repite aconsejando a sus hermanos consagrados en la Casa Sacerdotal de Caracas.
Finalmente,
respecto
a Venezuela, considera que “el país y todos nosotros estamos en un abismo. Por
eso tenemos que rezar mucho a Dios y la Virgen para salir de allí”.
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