El Papa Francisco impuso la mañana de este 19 de noviembre, el capello púrpura a Baltazar Porras Cardozo, arzobispo de Mérida, creandolo de esa manera como el VI Cardenal de Venezuela
Ramón Antonio Pérez // GuardianCatolic
Fotos Captura CTV
Durante la ceremonia el Papa
Francisco creó a 17 nuevos cardenales, 13 electores y 4 no electores, ceremonia
que se celebró en la Basílica de San Pedro del Vaticano y en la víspera de la
clausura del Jubileo Extraordinario de la Misericordia.
La ceremonia comenzó con el
saludo del primero de los nuevos cardenales, el nuncio apostólico (diplomático
vaticano) en Siria, Mario Zenari, que refirió al pontífice unas palabras de
agradecimiento.
El papa
pronunció una homilía en la que criticó la indiferencia y pidió a los nuevos
purpurados que "sean misericordiosos". “La elección, en vez de
mantenerlos en lo alto del monte, en su cumbre, los lleva al corazón de la
multitud, los pone en medio de sus tormentos, en el llano de sus vidas. (...)
Amen, hagan el bien, bendigan y rueguen”, dijo.
Afirmó que estas son acciones que se realizan fácilmente con los amigos o las
personas cercanas pero recalcó que también hay que ponerlas en práctica con los
que llamó "enemigos". Solicitó que “Amen a sus enemigos, hagan
el bien a los que los odian, bendigan a los que los maldicen, rueguen por los
que los difaman”.
Francisco lamentó que la
época actual se caracteriza “por fuertes cuestionamientos e interrogantes a
escala mundial” y criticó que en la sociedad exista “la
polarización y la exclusión como única forma posible de resolver los conflictos”.
En este sentido, se refirió
a los inmigrantes y refugiados para subrayar que con frecuencia “se convierte
en una amenaza”, porque “posee el estado de enemigo. Enemigo por venir de una tierra
lejana o por tener otras costumbres. Enemigo por su color de piel, por su
idioma o su condición social, enemigo por pensar diferente e inclusive por
tener otra fe”, sostuvo durante el discurso de la ceremonia.
Igualmente rechazó la indiferencia
al prójimo, así como “el virus de la polarización y la enemistad se nos cuela
en nuestras formas de pensar, de sentir y de actuar”. Y trasladó este mensaje a los
nuevos cardenales para que ayuden con su labor a fomentar la fraternidad.
“Venimos de tierras lejanas,
tenemos diferentes costumbres, color de piel, idiomas y condición social;
pensamos distinto e incluso celebramos la fe con ritos diversos. Y nada de esto
nos hace enemigos, al contrario, es una de nuestras mayores riquezas”, expuso. “Como
Iglesia, seguimos siendo invitados a abrir nuestros ojos para mirar las heridas
de tantos hermanos y hermanas privados de su dignidad, privados en su dignidad”,
concluyó.
La ceremonia continuó con la
promesa de fidelidad realizada por cada uno de los nuevos cardenales ante el
papa. Por su parte, el pontífice
pronunció sus nombres, les impuso la birreta cardenalicia y les entregó el
anillo, símbolo de su compromiso universal con la Iglesia católica.
Este es el tercer
consistorio del papa Francisco desde el inicio de su pontificado en marzo de
2013 y en esta ocasión el pontífice ha elegido designar con la púrpura a 17
nuevos cardenales procedentes de 11 países de los cinco continentes, en un
gesto que relaciona con la “universalidad de la Iglesia”.
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