Fotos: Myrian Altuve Solórzano
Era
sábado 30 de julio. En Polonia, el Papa Francisco cumplía sus compromisos en la
intensa Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia 2016. En Caracas, siete
jóvenes salesianos daban un paso más en su compromiso de vida, abrazando el
diaconado transitorio para trabajar no sólo con la muchachada de Don Bosco,
sino junto a los más pobres de las ciudades y poblados, con los campesinos e
indígenas de Venezuela.
Raúl
Biord Castillo, obispo de La Guaira e integrante de los salesianos, resonó con
ese mensaje entre los nuevos diáconos: Richard Luis Candelo, Manuel Enrique
Albornoz, Jaime Gustavo Padrón, Kerwin Argenis Zavala, Ángel Luis Córdova
Martínez, Víctor Alfonzo Rodríguez (estos venezolanos; y en José Do Van Dong (misionero
vietnamita).
“¿Qué sentido tiene recibir la ordenación diaconal para estos 7
muchachos?”, preguntó a la asamblea que abarrotó el Templo Nacional de
Don Bosco de Altamira, motivando un profundo silencio y cientos de reflexiones.
“Se
trata ante todo de una elección de Dios que los ha llamado por nombre a cada
uno de ellos para confiarles una misión”, alegó.
Citando al profeta Isaías recordó el episodio bíblico de su
llamada: “Oí la voz de Dios: ¿a quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?”.
Nuevas reflexiones inundaron el templo. Luego, el obispo parafraseó a Isaías: “Aquí
estoy yo, mándame. Cuenta conmigo. Te ofrezco mi vida para que muchos jóvenes
tengan vida y vida en abundancia”.
Pasó a explicar de qué se trata el diaconado. “Es un
ministerio para siempre”, dijo recordando la actitud de “servicio” del Papa Francisco.
“Cada
jueves santo, en el momento de lavar los pies, se pone la estola como los
diáconos, para recordarnos que todo sacerdote y obispo es siempre un diácono,
es decir, un servidor”, adujo.
Gestos de coincidencia se expresaban en los rostros de José
Parravano Marino, obispo auxiliar de Caracas y el provincial Francisco “Pancho”
Méndez, las más altas autoridades de su congregación que le acompañaron en la
ceremonia.
El mensaje apuntó hacia un compromiso: “Todos los salesianos renovamos
nuestra disposición de seguir a Dios, a la Iglesia, a los jóvenes más pobres de
Venezuela”.
Trabajar por los más
necesitados
Pero monseñor Raúl Biord Castillo, sobrino del fallecido cardenal
Rosalio José Castillo Lara (2007), al igual que su tío, no dejó de tomar en
cuenta la realidad del país bolivariano.
“Hoy en esta Venezuela empobrecida estamos llamados todos al
servicio de los más pobres, especialmente de los jóvenes en situación de
riesgo, de los indígenas y de los campesinos”,
expresó en tono semejante al de su recordado tío salesiano.
En consecuencia, motivó a los nuevos diáconos “a ser
ministros y embajadores de la reconciliación” (…) No podemos exacerbar el
conflicto e ir a un holocausto”.
Cabe recordar que el 20 de noviembre de 1894 los salesianos
llegaron por primera vez a La Guaira, subieron a Caracas y se establecieron en el
sector de Sarría.
Monseñor José Ángel Divasson, SDB, fue vicario apostólico de Puerto Ayacucho, ahora obispo emérito. |
En total, la Inspectoría ha dado 14 obispo
al servicio de la Iglesia en Venezuela, siendo los últimos Raúl Biord Castillo,
obispo de La Guaira; Jonny Eduardo Reyes, vicariato apostólico de Puerto
Ayacucho; Pablo Modesto González Pérez, obispo de Guasdualito; y Enrique José
Parravano, obispo auxiliar de Caracas.
La Agencia de
Información Salesiana, reseña que en julio de 2016, los
salesianos celebraron una ordenación episcopal; seis renovaron la profesión
religiosa; y celebraron la ordenación de estos siete diáconos. “El
sueño de Don Bosco sigue haciéndose realidad”.
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