La diócesis de Petare, la más joven
de Venezuela, impulsa la devoción al «Dulce Nombre de Jesús» o «Niño Jesús de
Petare», una imagen que se venera desde hace más de 400 años con un sentido de
evangelización
Publicado el 03 de febrero de 2023
Bienvenido padre José Daniel, somos gente de paz, decía el cartel que portaban varios niños el domingo 29 de enero, en el santuario Dulce Nombre de Jesús, en el casco histórico de Petare, municipio Sucre del estado Miranda (Venezuela).
La frase encierra la amabilidad, los
brazos abiertos, disposición al trabajo y la fe a toda prueba que caracteriza a
los vecinos de esta localidad. Algo que captas al hablar con ellos.
El pueblo Dulce Nombre de Jesús de
Petare fue fundado el 17 de febrero de 1621, por el capitán Pedro Gutiérrez de
Lugo y el padre Gabriel de Mendoza. “Petare” deriva de la lengua caribe.
Significa “De cara al río” (pet: cara y are: río) y se refiere a
la quebrada El Oro y los ríos Caurimare y Guaire cercanos a la colina donde
está asentado.
Desde el casco histórico se puede ver gran parte de las urbanizaciones y barriadas que conforman esta comunidad calificada por algunos como “El barrio más grande de Latinoamérica”.
Sin embargo, lejos de los titulares amarillistas
empeñados en “difundir una imagen negativa y violenta”, en Petare, lo
que realmente predomina es la alegría, hermandad y un sentido de trascendencia
como pueblo de Dios.
Una imagen con más de 400 años
El domingo 29 de enero los petareños tenían suficiente motivos para festejar su fe: la llegada de un nuevo sacerdote al santuario diocesano “Dulce Nombre de Jesús, padre José Daniel González Douglas; el primer año de la Diócesis de Petare, cuyo obispo es monseñor Juan Carlos Bravo Salazar; y los 402 años del Niño Jesús, patrono desde la fundación del pueblo y hace un año declarado también patrono diocesano.
Los festejos parecían una extensión del celebrado Nacimiento de Jesús con su característica alegría, con los pastores, parranderos, cofradías y muchos aguinaldos.
Con razón enseña la iglesia
católica que la Navidad no culmina el 24 de diciembre, sino que se extiende más
allá de la Epifanía; incluso, hasta los primeros días de febrero.
Cofrades que evangelizan con el Niño Jesús
Néstor Alejandro Seijas Cásares es
uno de los cofrades que se ha dedicado con esmero para que el
Niño Jesús de Petare mantenga su tradición y la fe en la población. Desde el
año 2008 colabora con Amelia Cecilia Rodríguez Rivas, de 85 años de edad y
quien desde 1972 es la cofrade mayor del Niño Jesús de Petare.
Néstor es creyente católico. Durante
más de diez años trabajó como enfermero en el Hospital Clínico de Caracas de
donde pidió “un permiso no remunerado” para ayudar a la “Señorita Amelia” y
evangelizar a través de la Cofradía Dulce Nombre de Jesús.
Al ser contactado por Aleteia
informó que no se conoce con exactitud cuándo fue elaborada la imagen del Niño
Jesús de Petare, el nombre del autor ni quién la llevó a Petare. “Lo que sí se
conoce, dijo, es que la imagen original procede de Sevilla, España".
Está elaborada en bronce y estaño, mide 70 centímetros y pesa 30 kilogramos. Su origen histórico data de 1646 pero en 1650 es cuando aparece en el inventario del poblado. Representa a un niño de cuatro años de edad y sus brazos están abiertos, con la mano izquierda sosteniendo una Cruz y con la derecha bendice a la población.
La fecha de celebración era cada 3
de enero, coincidiendo con la festividad que la Iglesia realiza en honor del
Dulce Nombre de Jesús, pero con los años la fiesta se trasladó al último
domingo del mes de enero. Además, en Petare, desde hace un año se ha
implementado celebrar al Niño Jesús cada último domingo del mes.
El Niño Jesús de Petare comenzó a
celebrarse en el año 1646, es decir, 20 años después de la fundación del
pueblo, el 17 de febrero de 1621. Son 402 años en los que la población y la
iglesia han sabido mantener y difundir su fe, tradiciones y costumbres.
En esta comunidad las principales cofradías –la del Santo Cristo de la Salud de Petare, Jesús Nazareno y de la Virgen Dolorosa, entre otras- son parte de las familias. En nuestro caso, la Cofradía Sociedad de Jesús se fundó el 8 de febrero de 1857 y luego cambió al nombre de Cofradía Dulce Nombre de Jesús, es decir, contamos con una larga vida de 166 años.
Amelia, principal custodia del Niño
Jesús desde 1972
Néstor colabora con la “Amelita” y
atiende un negocio de antigüedades y otros rubros llamado “La minita”, creado
por los familiares de la creyente en los años de 1920. Está ubicado entre las
calles Pacheco y Miranda de Petare, siendo parte de la residencia.
Comentó que la responsabilidad de
custodiar y cuidar al Niño Jesús de Petare la recibió Amelia del padre William
Duque Salamanca. “Aunque fue por un tiempo corto, han pasado 51 años desde
entonces. Ha sido un verdadero apostolado reconocido por las autoridades
civiles, la comunidad, la iglesia parroquial y ahora por la diócesis”.
Igualmente recordó que hace dos años Amelia le dijo a un medio lo siguiente:
Siempre he tenido mi gran misión en él y siento algo muy especial por él que no se puede explicar espiritualmente. Todo lo que me pasa se lo entrego a él.
Seijas agrega para Aleteia:
Ella me ha enseñado todo lo que sabe de la imagen del Niño Jesús: su historia, cómo cuidarlo y vestirlo; cuándo debe salir y cuándo no para evitar que sufra daños. Siempre hablamos de los detalles a la hora vestir o adornar la imagen; el patrón de la vestimenta, el diseño y color para cada celebración.
“La dedicación expresada por
“Amelita” al bajar del nicho al Dulce Nombre de Jesús para cambiarle el traje,
y tratar a la imagen como si fuera un niño de carne y hueso, dan testimonio de
esta devoción cuasi extrema, transformando así la labor de estos grupos votivos
en un fenómeno sociocultural altamente interesante y de índole vivencial”, se
cita del trabajo de grado “Cofradías del centro histórico de Petare.
Realización Cinematográfica Documental” (UCV, 2012, página 27).
Aunque son muchas las responsabilidades dentro de la cofradía que exigen cumplirlas a “tiempo completo”, Néstor Seijas las asume con alegría y fe. “Ser parte de esto, es como un legado para las nuevas generaciones de cofrades del Niño Jesús”, apuntó.
La réplica hecha por una catequista
Otro detalle vinculado con la devoción al Niño Jesús de Petare tiene que ver con la elaboración de una réplica de la imagen. Se utiliza para recorridos más largos, visitas a colegios y otros lugares del municipio Sucre.
Seijas Casares informó que se trata
de una imagen de madera policromada, que fue labrada por la catequista Carmela
García León, nacida en Maiquetía (hoy estado La Guaira) y quien vivió en Petare.
Esa imagen salió el domingo 29 de
enero en peregrinación desde la catedral diocesana “Nuestra Señora del
Rosario”, en La California, hasta el santuario Dulce Nombre de Jesús. Luego de
recorrer la avenida Miranda, se detuvo frente a la casa de “Amelita” para
saludar y recibir la bendición de la fiel custodia del Dulce Nombre de Jesús.
Para culminar la fiesta del Niño Jesús se cumplió con la eucaristía solemne presidida por monseñor Juan Carlos Bravo Salazar, el primer obispo de Petare, en medio de la alegría y los aguinaldos navideños. La imagen original del Dulce Nombre de Jesús fue declarada Patrimonio Cultural del estado Miranda, el 3 de agosto de 2004.
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