Ramón Antonio Pérez - publicado el 03/04/21
Venezuela quedó
gratamente sorprendida este 30 de marzo, con el nombramiento de monseñor Carlos
Enrique Curiel Herrera, como obispo de la diócesis de Carora (estado Lara).
Para muchos también fue una sorpresa conocer que antes de ingresar a los padres
escolapios, el actual obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Cochabamba
(Bolivia), es además, médico cirujano, profesión que ejerció durante varios
años en Venezuela.
Carlos Enrique
Curiel Herrera (Sch.P.), nació en Carora, el 4 de julio de 1960. De 1978 a 1985
estudió medicina y cirugía en la Universidad de Los Andes en Mérida, con un
postgrado en anestesiología, y ejerció por algunos años la profesión médica,
dice la hoja de vida enviada a Aleteia desde la Conferencia Episcopal Venezolana.
Coherente con
su primera profesión, en medio de la pandemia que se vive en Bolivia y el resto
del mundo, Curiel Herrera hizo algunas recomendaciones para enfrentar la
pandemia. Su “receta” de amplio espectro, está publicada en el portal de la Arquidiócesis
de Cochabamba, “infundiendo esperanza, activando la solidaridad e
impulsando la oración”, como dice el obispo. Su aplicación en Venezuela
es urgente.
La expansión
del virus depende del sentido común
Carlos Curiel
aborda el tema de la pandemia con varios puntos que no son nada despreciables
para quien conoce los aspectos sanitarios. No deja por fuera tanto la salud
física como la espiritual. Especialmente, dice que el riesgo de expansión de la
COVID-19, dependerá del sentido común y responsabilidad de cada ciudadano para
evitar el contagio.
“La situación
del COVID19 en Bolivia, como en todo el mundo, la veo con mucha preocupación,
porque aún no se sabe a ciencia cierta el comportamiento de este virus y no
sabemos el riesgo de expansión al entrar en cuarentena dinámica”, dice el
médico y religioso.
“Si no tenemos mucho cuidado, y el porcentaje de población afectada sube de golpe, esto será inabordable. Va a depender mucho del sentido común, el sentido de responsabilidad de cada ciudadano en adoptar las medidas que conocemos para evitar el contagio, la expansión”.
Se necesitan pruebas diagnósticas oportunas y ágiles
“Es muy
importante que todos tomemos conciencia de la gravedad del problema. Es fácil
decir que el sistema de salud, los sistemas epidemiológicos, fracasaron, pero
fracasamos muchos de nosotros”, alienta en sus recomendaciones.
“Hace falta que
el sistema de salud sea organizado, operativo, bien asesorado, sabiendo que
tiene que invertir en riesgos de baja probabilidad, es decir, se necesitan
pruebas diagnósticas oportunas y ágiles, aun sabiendo que muchas podrán ser
negativas, pero será una manera importante de detectar riesgos”, propone como
si estuviera pensando en su Venezuela natal.
“Siguen siendo
muy importantes, y determinantes, las medidas que tomemos y cómo actuemos en
esta situación. Si mantenemos las medidas de distanciamiento social, la higiene
frecuente de manos, uso del barbijo (tapabocas), entre otras, podremos
controlar mejor la transmisión”.
“No salgamos de
casa, salvo necesidades importantes y urgentes, tomando las debidas medidas de
bioseguridad”, indica el próximo obispo de Carora.
Por otra parte,
expresa que “nuestra fe, nuestro ser Iglesia, demanda la necesidad de vivir y
celebrar los Sacramentos. Esto quiere decir que la adoración a Dios no se debe
limitar a un lugar geográfico, a un espacio físico. Esto no quita el lugar
privilegiado, más no exclusivo, de encuentro con Dios y con los hermanos, que
es el Templo”.
Fortalecer la
iglesia doméstica y orar en familia
Varios aspectos
de sus propuestas están dirigidas a la familia. “Las familias que meditan y
viven en la Palabra de Dios, están cimentadas sobre roca”. Para esta fortaleza
pide “orar en familia, estrechar los lazos de amor, reconciliarse,
cuidarse mutuamente”.
Sugiere
ayudarse “unos a otros" para "enfrentar y transitar esta crisis
readaptando rutinas pidiendo a Dios paciencia, infundiendo esperanza, activando
la solidaridad e impulsando la oración. Oren en familia”, indica el que será el
cuarto obispo de la diócesis de Carora.
Seguir las
actividades por las redes sociales
“Aprovechen,
los que tienen posibilidades, los espacios de oración, celebraciones, que se
dan por las redes sociales”, dice acerca de una de las recomendaciones en que
la iglesia hace hincapié en Semana Santa.” Estrechen los lazos de amor entre
los miembros de familia, si hay algo que reconciliar, reconcíliense en
profundidad, y vivan un Pentecostés renovado, donde, desde la diversidad de
carismas puestos al servicio de la familia, fortalezcan la unidad de la misma”.
Pide cuidarse
mutuamente y de manera especial a los más vulnerables. “Incentiven la
solidaridad hacia aquellos que están sufriendo más la pandemia y sus
consecuencias, y pidan a Dios la Sabiduría para saber ubicarse en este momento
difícil y responder con generosidad”, escribió.
“Contribuyamos
todos en afrontar la pandemia, y sus consecuencias. Como nos decía el Papa
Francisco: “debemos remar juntos”, activemos la solidaridad, desde nuestras
posibilidades, sobre todo hacia aquellos más vulnerables, que están padeciendo
más por esta enfermedad y sus consecuencias sociales, políticas y económicas.
Infundamos esperanza, cuidándonos de no sembrar pánico, sino
corresponsabilidad”, indicó monseñor Carlos Curiel.
Sin miedo de
tomar por esposa a Carora
Este 30 de
marzo, al conocerse que monseñor Carlos Curiel fue nombrado obispo de la
diócesis de Carora, dirigió unas palabras al concluir la celebración de la Misa
Crismal, en Cochabamba. “Hoy el Señor me dice no tengas miedo Carlos, toma como
esposa a Carora”, dijo emocionado.
De acuerdo con
el portal reflejó tener sentimientos encontrados para recibir el llamado con
corazón y espíritu humilde, para que sea la fuerza del Espíritu quien lo guíe.
“Hoy para el pueblo donde nací, donde me crie, donde crecí, desde mi infancia;
que me enseñe el Señor a poderlos instruir sobre la acción salvadora, sobre esa
acción salvadora que está llena de ternura y de amor”.
Agradeció a la Iglesia de Bolivia, a la Iglesia en Cochabamba:
“No tengo palabras para agradecer a mis hermanos obispos, a mis hermanos sacerdotes, gracias por ser hermanos, gracias por ser amigos, gracias por ser compañeros de camino, con mayúscula. Seguimos al Señor, somos sus discípulos y misioneros. Y quiero contemplar el misterio pascual signo y expresión de la máxima obediencia por amor, para decirle Señor, quiero configurarme contigo, fiel y obediente”, expresó.
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