“Murieron buscando libertad y un mejor porvenir para sus familias, huyendo de Venezuela en forma insegura”, dice una activista de derechos humanos – “¿Dónde queda el principio de no devolución?”, se preguntan en el país suramericano que recibe esta nueva tragedia
Ramón Antonio Pérez - Aleteia Venezuela - publicado el 14/12/20
“Cuanto dolor hoy vive nuestro
pueblo de Güiria, hoy aparecen en el mar cuerpos sin vida de migrantes, alzo la
voz en nombre de todos ellos que su grito hoy clama al Cielo, acompañamos desde
la Iglesia el dolor de sus familiares”.
Así se lamentó el padre Jesús
Villarroel, párroco de la Divina Misericordia, en esta población del estado
Sucre, en el oriente de Venezuela, al conocer este 12 de diciembre, el naufragio
y muerte por inmersión de al menos 19 venezolanos, entre ellos algunos niños,
que intentaron llegar a Trinidad y Tobago y fueron devueltos de esa Isla del
Caribe.
El domingo 6 de diciembre, un grupo
de “balseros venezolanos” había partido hacia Trinidad y Tobago en busca de una
mejor forma de vida. Para los que viven en el oriente de Venezuela, las islas
que componen este archipiélago caribeño se han convertido en uno de sus
destinos más inmediatos. Trinidad y Tobago es la más cercana.
No hay cifras exactas, pudieran ser más
Todavía no se tiene la cifra exacta
ni la versión oficial de los hechos. Lo que se conoce es que este grupo de
entre 19 y 26 personas, fueron devueltos por las autoridades de Trinidad y
Tobago y solo encontraron la muerte en el Mar Caribe. Entre los ahogados hay
algunos menores de edad, dicen las primeras versiones conocidas el 12 de
diciembre.
Según las denuncias de familiares y
allegados de estas personas, el “peñero”, una endeble embarcación de pescadores
salió el 6 de diciembre, a casi una semana: “Se han encontrado cadáveres
flotando en el mar, muy cerca de las costas venezolanas”, ratificó en
Twitter David Smolanski, quien desde el exilio trabaja como comisionado de la
Secretaría General de la OEA para la crisis de migrantes y refugiados
venezolanos.
La Guardia Costera encontró 19
adultos y niños ahogados, a unos 11 kilómetros, de las costas de Güiria, en la
Península de Paria, dijo por su parte, Rocío San Miguel, defensora de derechos
humanos y presidenta de la ONG Control Ciudadano en Twitter.
“Nuevo naufragio mortal de un
bote desaparecido hace 3 días. Murieron buscando libertad y un mejor porvenir
para sus familias, huyendo de Venezuela en forma insegura”, informó la
activista de derechos humanos.
¿La misma indignación del caso Alan Kurdi?
Tamara Sujú, abogada y directora ejecutiva de Casla Institute, hizo una comparación gráfica entre el caso de los venezolanos y el niño Alan Kurdi, quien murió ahogado en las costas de Turquía.
“De un lado, Alan, el niño sirio que murió ahogado cuando su
familia huía de la guerra civil en Siria. La foto, estremeció al mundo. Del
otro lado, dos niños venezolanos ahogados, cuando su familia huía de la
NarcoTirania Criminal de Nicolás Maduro. La Indignación es la misma”, publicó
en las redes sociales.
No es el primer caso en que los
emigrantes venezolanos son rechazados por Trinidad y Tobago. En noviembre
pasado, 29 venezolanos fueron deportados hacia Venezuela generando una
expectativa por el destino incierto que les esperaba en el mar, donde hasta una
avería sufrió la embarcación. En el grupo había 16 menores de edad. Pasaron dos
días sin que se conociera su paradero, hasta que llegaron a un islote del
Orinoco en la costa de Delta Amacuro, uno de los puntos más cercanos a Trinidad
y Tobago.
En medio de la presión
internacional, y ante una orden de la Corte Suprema de Trinidad y Tobago,
fueron embarcados de nuevo hacia la Isla del Caribe en la misma embarcación,
donde ahora se encuentran en un limbo que no termina por recibirlos legalmente
y darles su condición de refugiados.
¿Dónde queda el principio de no
devolución?
Todo indica que el naufragio se
produjo después de que las autoridades de Trinidad y Tobago rechazaran la
llegada de los emigrantes desde el oriente venezolano. “Huyeron del
régimen y Trinidad viola el principio de no devolución”, resaltó
Smolanski, al referirse a la deportación forzosa a la que se vieron sometidos
estos venezolanos.
“De acuerdo con la ACNUR, el principio de no devolución constituye la piedra angular de la protección internacional de los refugiados”, se cita en el portal de esta organización que tiene el mandato de dirigir y coordinar la acción internacional para la protección de los refugiados a nivel mundial. El principio está consagrado en el artículo 33 de la Convención de 1951, que es asimismo vinculante para los Estados Partes del Protocolo de 1975. El artículo 33 (1) de la Convención de 1951 estipula:
“Ningún Estado Contratante podrá, por expulsión o devolución, poner en modo alguno a un refugiado en las fronteras de territorios donde su vida o su libertad peligre por causa de su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social o de sus opiniones políticas”.
Como los casi seis millones de emigrantes que han salido de Venezuela, estas personas trataban de superar la crisis humanitaria compleja que los azota sin piedad.
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