El arzobispo emérito
de Caracas dijo que “la Navidad no es otra fiesta más, una especie de carnaval
con arbolitos y hallacas”; es “algo muy grande, elevado, religioso, de gran significación
humana y espiritual”
Caracas, 18, diciembre 2020
Eso de “felices fiestas” es una novelería anti-cristiana copiada de otros países donde el cristianismo está siendo atacado, como algunos países de Europa y Estados Unidos”, alertó el cardenal Jorge Urosa Savino, en su mensaje de Navidad 2020, enviado a los creyentes venezolanos.
Pidió no sucumbir al secularismo, “esa
corriente cultural que es enemiga de Dios, de lo religioso y específicamente de
lo católico”.
El arzobispo emérito de Caracas, explica que “¡Navidad es Navidad, el nacimiento de Cristo!”.
Hizo
un llamado a no tener “miedo de profesar y proclamar nuestra fe, y nuestra
alegría de ser cristianos y católicos”, argumentando que la celebración de la
Navidad no son unas simples “felices fiestas”, según lo considera “esa ambigua
expresión”.
Así dicen ahora algunos, inclusive importantes medios venezolanos de comunicación social. ¿Y eso por qué? No debemos tener miedo de decir Feliz Navidad. ¡Celebramos que Dios está con nosotros!
El mensaje recuerda que actualmente “el mundo entero se
encuentra amenazado por una peste mortal, la pandemia del Covid-19, y estamos
todos necesariamente limitados por la cuarentena”, indicó el Purpurado
venezolano.
Motivó a celebrar
la Navidad a pesar de que Venezuela sufre graves problemas sociales y
políticos. “Por eso hay quien dice que no hay Navidad, que no puede haberla.
Algo parecido sucedió en diciembre del 2002, por la huelga general o paro
petrolero. Algunos decían que les “estaban robando la Navidad”. ¡Como si la
Navidad fueran los festejos!”.
En ese sentido explicó:
La Navidad no es otra fiesta más, una especie de carnaval con arbolitos y hallacas. Navidad es otra cosa. Algo muy grande, elevado, religioso, de gran significación humana y espiritual.
A continuación, el
mensaje del cardenal Urosa:
+Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo Emérito de Caracas
Nos encontramos
cerca de la Navidad, celebración del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo.
Actualmente, el mundo entero se encuentra amenazado por una peste mortal, la
pandemia del Covid-19, y estamos todos necesariamente limitados por la
cuarentena. En Venezuela sufrimos, además, graves problemas sociales y
políticos. Por eso hay quien dice que no hay Navidad, que no puede haberla.
Algo parecido sucedió en diciembre del 2002, por la huelga general o paro
petrolero. Algunos decían que les “estaban robando la Navidad”. ¡Como si la
Navidad fueran los festejos! Porque la Navidad no es otra fiesta más, una
especie de carnaval con arbolitos y hallacas. Navidad es otra cosa. Algo muy
grande, elevado, religioso, de gran significación humana y espiritual.
La Navidad es
la celebración del nacimiento de Jesús nuestro Divino Salvador. Es la
manifestación del amor de Dios a la humanidad, precisamente para que “el pueblo
que habita en tinieblas vea una gran luz” (cfr. Mt 4,16) pues la existencia
humana está marcada por el dolor. Por eso Dios se hace solidario con nosotros y
viene a salvarnos. Por eso la Navidad cristiana es una hermosísima fiesta
religiosa, espiritual, sagrada, en honor de Jesucristo, que nos llena de
alegría y que celebramos, por supuesto, con canticos, actos religiosos, regalos
y fiestas familiares y fraternas. Pero el centro de ella es Jesús, Dios hecho
hombre, para compartir nuestras penas y darnos su propia vida divina.
En Navidad
contemplamos, agradecemos a Dios y festejamos la inmensidad de su amor,
revelado en la encarnación de su divino Hijo, nuestro Señor Jesucristo. El
viene a confortarnos en medio del sufrimiento. Él es el camino, la verdad y la
vida; él es la luz del mundo, el pan vivo bajado del cielo, la resurrección y
la vida, como nos dice el evangelista San Juan.
Por eso, a
pesar de la pandemia y la cuarentena, de las penas y sufrimientos causados por
la pésima situación socio-económica y la permanente agitación política, o por
nuestros problemas personales, claro que debemos celebrar la Navidad, y podemos
tener una Navidad llena de paz y serenidad. Inclusive, una Navidad feliz.
Porque Dios nos
ama a pesar de todas las calamidades que nos agobian y padecemos en estos
tiempos malos, los cristianos, los católicos venezolanos sí tendremos Navidad
pues sentimos en estos días la presencia de Dios. Jesús es “Dios con nosotros”.
Y ¡ojo!
Celebraremos no simplemente unas “felices fiestas”, según esa ambigua
expresión. Así dicen ahora algunos, inclusive importantes medios venezolanos de
comunicación social. ¿Y eso por qué? No debemos tener miedo de decir Feliz
Navidad. ¡Celebramos que Dios está con nosotros!
Eso de “felices
fiestas” es una novelería anti-cristiana copiada de otros países donde el
cristianismo está siendo atacado, como algunos países de Europa y Estados
Unidos. No sucumbamos al secularismo, esa corriente cultural que es enemiga de
Dios, de lo religioso y específicamente de lo católico. ¡Navidad es Navidad, el
nacimiento de Cristo! No tengamos miedo de profesar y proclamar nuestra fe, y
nuestra alegría de ser cristianos y católicos.
Celebremos
pues, religiosamente y con todas sus letras, una Navidad hermosa, provechosa y
útil que nos ayude a encontrarnos con Dios, que es Amor. Acudamos a las
Iglesias y recibamos los sacramentos en la medida de lo posible. Sigamos los
oficios religiosos por los medios de comunicación y las redes sociales. Y
oremos en nuestras casas, con nuestra familia, alrededor del Pesebre, que no
debe faltar en ningún hogar. Abramos nuestros corazones y compartamos nuestros
bienes con los más necesitados. Perdonemos y pidamos perdón, si estamos
distanciados de alguien. No rebajemos la Navidad a la categoría de unas parrandas
carnavalescas sin sentido. ¡Celebremos y acojamos en nuestros corazones, en
nuestras familias y en nuestras vidas a Jesús, nuestro divino Salvador!
“Gloria a Dios
en el Cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor” (Lc 2, 14).
1 Comentarios
BRAVO!👏👏👏👏👏
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