Las aguas siguen agitadas en Venezuela debido a la intensidad de la crisis
humanitaria, y motivadas por los cambios ocurridos en países de Latinoamérica.
Durante
una protesta de las enfermeras, varios líderes sociales asomaron que es el
momento de convertir las protestas en una sola, “para luchar por los derechos
de todos los venezolanos”
Ramón Antonio Pérez // @GuardianCatolic
Caracas, 27 de noviembre de 2019
Fotos: Lisandro Casaña
El ambiente en Venezuela indica que existe un marcado descontento con las políticas sociales del régimen de Nicolás Maduro. No hay sector social insatisfecho, salvo la reducida y fiel militancia socialista, y la cúpula militar que atornilla su apoyo al gobierno considerado usurpador por la oposición, la iglesia y el empresariado nacional. Son muchas las muestras de insatisfacción y deseos de cambio en la población, pero cada sector social, gremios y partidos políticos únicamente se movilizan de acuerdo con sus intereses grupales.
Esto queda
patentado en cada movilización. Si las enfermeras convocan a una protesta solo
van ellas y unos pocos que entienden que la lucha es por el bienestar de toda
la población. Si quienes llaman son los pensionados, acuden los abuelos que
todavía tienen fuerzas para protestar. Si son los educadores, por consiguiente.
Aunque sus manifestaciones son masivas, los sindicatos del magisterio rechazan
la “politización de las protestas”, intentando ocultar que sus “líderes
sindicales” están vinculados al partido de gobierno o la oposición.
Ni qué decir, si
quienes reclaman son los pacientes crónicos. A las calles solo van ellos, sus
familiares y las ONG realmente defensoras de sus derechos humanos. A estas
últimas, el régimen de Maduro no deja de obstruir, perseguir y denigrar de
sus dirigentes.
La última
convocatoria de Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y Encargado de
la República de acuerdo con la Constitución, dejó en el recuerdo las masivas movilizaciones
de principios del año 2019, al menos, en Caracas. La población interpreta que
el sector político está divido y solo “juegan a sus intereses ideológicos” y el
“manejo del poder”. La gente exige bienestar pero “el gobierno y la oposición
buscan otras cosas”.
¿Solamente irán al paro maestras y enfermeras?
Muchos ciudadanos,
no obstante, siguen esperanzados en lograr la unidad de objetivos que propicien
el verdadero cambio social y político en Venezuela. Irma Madriz, enfermera que
ha trabajado durante 27 años en el sistema de salud, es una de estas personas.
No deja de asistir a las convocatorias de protestas; y además, se vincula con
acciones humanitarias.
“Nuestro gremio,
igual que los educadores, hemos realizado diversos paros escalonados y estamos
planteando un paro indefinido si el régimen no nos escucha”, relató Madriz el 19 de noviembre
durante una protesta de las enfermeras.
Irma se quejaba de
las pésimas condiciones en que labora en el hospital del Seguro Social, en Guarenas,
estado Miranda. En cada servicio nocturno ha sido testigo de la muerte de algún
paciente debido a la falta de insumos, medicamentos y personal de la salud que,
razonó, se ha ausentado ante la crisis humanitaria que azota al país
bolivariano.
“Es
muy difícil trabajar sin aire acondicionado, agua, luz, con los baños
inservibles, en las habitaciones de los pacientes deambulan ratas, y en esas condiciones
no provoca trabajar”, aseguró. Reconoció que aunque ese día la protesta
estuvo animada, carecía de la fuerza para lograr lo que solicitan: “una
mayor calidad de vida para los venezolanos”.
Madriz ratificó la
necesidad de conseguir salarios dignos, acordes con el costo de la cesta
alimentaria, como lo estipula el artículo 91 de la Constitución. “En la
práctica esto no se cumple; al contrario, el poder adquisitivo no alcanza sino
para medio vivir”, se lamentó.
“Tenemos la vida rota en mil pedazos”
En un costado de
la avenida donde se cumplió la protesta, frente al Hospital J.M. de los Ríos, se
escuchó el grito enardecido de José Antonio Cádiz, expresando su indignación y
rabia por la crítica situación en la cual se encuentra. Cádiz se quitó sus
zapatos rotos y los mostró a los presentes. “En estas condiciones voy a
trabajar porque el salario que gano es insuficiente para comprarme unos nuevos
como lo merezco, porque para eso me esforcé bastante para licenciarme como
enfermero, ganar y vivir bien”, decía el profesional.
“Yo no gano en
dólares sino en bolívares que están devaluados por el alto costo de la vida. La
moneda dura la tiene el gobierno, y por tal motivo está obligado a mejorar nuestras
condiciones salariales”, exigía con cierta angustia y apasionado verbo.
Pero su gesto solo
pudiera quedar como una anécdota en medio de la protesta, si no se toma en
cuenta el verdadero sentido de unidad en esta lucha que se vive en Venezuela. “En nuestro
país todos los ciudadanos tenemos los zapatos rotos; y también, tenemos destrozada
en mil pedazos nuestra vida porque muchos nos hemos quedado solos”,
murmuró un compañero de José Antonio, ratificando que no es solo un problema
del sector.
Un asomo de la posible unidad
A pesar de no ser
muchos los que protestaron ese día, se hicieron presentes representantes de
otros sectores sociales como educadores, jubilados, pensionados; también dirigentes
políticos. Algunos coincidieron en señalar que “es el momento de convertir
todas las protestas sociales en una sola” (…) “porque se trata es de luchar por
los derechos de todos los venezolanos actualmente violados por el régimen que
nos gobierna”.
El doctor José Soto, encargado del Servicio de
Medicina II del hospital J.M. de Los Ríos expresó su solidaridad con sus
compañeros de trabajo como son los enfermeros, porque el salario que ganan es
insuficiente para hacer frente a sus compromisos personales y familiares.
“El
trabajo del enfermero es vital para garantizar la salud en los pacientes, ya
que son los brazos ejecutantes en el cuidado de los enfermos las 24 horas del
día”, dijo.
Ana Rosario
Contreras, quien ha repuntado con sus denuncias ante la opinión pública como presidenta
de las enfermeras de Caracas, aseveró que se mantendrán en pie de lucha, defendiendo
sus derechos contractuales hasta lograr un cambio en el modelo político.
“Los
venezolanos tenemos que entender que depende de todos nosotros lograr el cambio
político que necesitamos para tener un mejor país”, dijo. “Es responsabilidad
de todos salir a defender nuestros derechos en las calles. Por eso, el gremio
de la enfermería nos mantendremos activos, movilizados hasta que nuestra voz
sea escuchada”, concluyó.
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