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El comunicado de la Conferencia Episcopal de Honduras, pregunta a los miembros de la OEA “por qué no han condenado las amenazas bélicas contra nuestro país", en clara alusión a la intromisión del presidente venezolano Hugo Chávez
Ramón Antonio Pérez
Tegucigalpa, 04 de julio de 2009. El Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Madariaga, a través de un comunicado dado a conocer en cadena de radio y televisión, y firmado por la totalidad de miembros de la Conferencia Episcopal de Honduras, pidió a Manuel Zelaya que se abstenga de regresar a Honduras para evitar un "baño de sangre". El angustioso clamor de los pastores de la Iglesia Católica se produjo este sábado ante la terquedad de Manuel Zelaya, quien insiste en regresar el domingo a Tegucigalpa, con apoyo de grupos violentos que le apoyan, bajo el patrocinio del gobierno venezolano que dirige Hugo Chávez.
El también Arzobispo de Tegucigalpa expuso la necesidad de que se preserve la paz entre los hondureños. “Sé que usted ama la vida, sé que usted respeta la vida. Hasta el día de hoy no ha muerto un solo hondureño, por favor medite porque después sería demasiado tarde", afirmó el Cardenal Rodríguez.
De igual manera agregó que le hacía un llamado “al amigo José Manuel Zelaya”, quien el día de su toma de posesión “citó tres mandamientos de la ley de Dios: No mentir, no robar, no matar”, dijo el dignatario católico. “Pensemos si una acción precipitada, un regreso al país en este momento podría desatar un baño de sangre", advirtió en tono de angustia.
Cabe señalar que en el contenido de este comunicado la Conferencia Episcopal de Honduras en pleno (once miembros) defiende que “las instituciones del Estado democrático hondureño, están en vigencia y que sus ejecutorias en materia jurídico-legal han sido apegadas a derecho”.
Sobre las amenazas de Chávez
Otro aspecto que se dio a conocer en el comunicado de la CEH, recuerda a la Organización de Estados Americanos, las amenazas bélicas vertidas por parte del presidente Chávez. “Todo lo que venía ocurriendo fuera de la legalidad en Honduras, y no solamente a lo sucedido a partir del 28 de junio… (…) También el pueblo hondureño se pregunta por qué no han condenado las amenazas bélicas contra nuestro país", leyó el Cardenal.
"Si el sistema interamericano se limita a proteger la democracia en las urnas, pero no le da seguimiento a un buen gobierno, a la prevención de las crisis políticas, económicas y sociales, de nada servirá el reaccionar tardíamente frente a ellas", sostuvo.
Entablar verdadero diálogo
Los obispos hondureños no obstante, también denuncian en el comunicado la deportación de la que fue objeto Zelaya. “Ningún hondureño podrá ser expatriado ni entregado a un Estado extranjero' (Art. 102, Constitución de la República). Creemos que todos merecemos una explicación de lo acaecido el 28 de junio”, leyó el Cardenal. También se destacó la necesidad de que los hondureños opten “decididamente por escuchar las opiniones de los demás, de tal manera que se pueda entablar un verdadero dialogo entre todos los sectores de la sociedad, para que se pueda llegar a soluciones constructivas".
Finalmente, los obispos hondureños exhortan al pueblo a "intensificar la oración y el ayuno solidario para que reine la justicia y la paz".
El comunicado de la Conferencia Episcopal de Honduras, pregunta a los miembros de la OEA “por qué no han condenado las amenazas bélicas contra nuestro país", en clara alusión a la intromisión del presidente venezolano Hugo Chávez
Ramón Antonio Pérez
Tegucigalpa, 04 de julio de 2009. El Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Madariaga, a través de un comunicado dado a conocer en cadena de radio y televisión, y firmado por la totalidad de miembros de la Conferencia Episcopal de Honduras, pidió a Manuel Zelaya que se abstenga de regresar a Honduras para evitar un "baño de sangre". El angustioso clamor de los pastores de la Iglesia Católica se produjo este sábado ante la terquedad de Manuel Zelaya, quien insiste en regresar el domingo a Tegucigalpa, con apoyo de grupos violentos que le apoyan, bajo el patrocinio del gobierno venezolano que dirige Hugo Chávez.
El también Arzobispo de Tegucigalpa expuso la necesidad de que se preserve la paz entre los hondureños. “Sé que usted ama la vida, sé que usted respeta la vida. Hasta el día de hoy no ha muerto un solo hondureño, por favor medite porque después sería demasiado tarde", afirmó el Cardenal Rodríguez.
De igual manera agregó que le hacía un llamado “al amigo José Manuel Zelaya”, quien el día de su toma de posesión “citó tres mandamientos de la ley de Dios: No mentir, no robar, no matar”, dijo el dignatario católico. “Pensemos si una acción precipitada, un regreso al país en este momento podría desatar un baño de sangre", advirtió en tono de angustia.
Cabe señalar que en el contenido de este comunicado la Conferencia Episcopal de Honduras en pleno (once miembros) defiende que “las instituciones del Estado democrático hondureño, están en vigencia y que sus ejecutorias en materia jurídico-legal han sido apegadas a derecho”.
Sobre las amenazas de Chávez
Otro aspecto que se dio a conocer en el comunicado de la CEH, recuerda a la Organización de Estados Americanos, las amenazas bélicas vertidas por parte del presidente Chávez. “Todo lo que venía ocurriendo fuera de la legalidad en Honduras, y no solamente a lo sucedido a partir del 28 de junio… (…) También el pueblo hondureño se pregunta por qué no han condenado las amenazas bélicas contra nuestro país", leyó el Cardenal.
"Si el sistema interamericano se limita a proteger la democracia en las urnas, pero no le da seguimiento a un buen gobierno, a la prevención de las crisis políticas, económicas y sociales, de nada servirá el reaccionar tardíamente frente a ellas", sostuvo.
Entablar verdadero diálogo
Los obispos hondureños no obstante, también denuncian en el comunicado la deportación de la que fue objeto Zelaya. “Ningún hondureño podrá ser expatriado ni entregado a un Estado extranjero' (Art. 102, Constitución de la República). Creemos que todos merecemos una explicación de lo acaecido el 28 de junio”, leyó el Cardenal. También se destacó la necesidad de que los hondureños opten “decididamente por escuchar las opiniones de los demás, de tal manera que se pueda entablar un verdadero dialogo entre todos los sectores de la sociedad, para que se pueda llegar a soluciones constructivas".
Finalmente, los obispos hondureños exhortan al pueblo a "intensificar la oración y el ayuno solidario para que reine la justicia y la paz".
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