Cardenal Urosa: “Los venezolanos no podemos comprar ni un kilo de leche”



¿Cómo es posible que kilo de leche cueste 900 mil bolívares?”, se preguntó el Arzobispo de Caracas, al concluir la misa por los emigrantes y la jornada mundial de la paz, convocada por el Papa Francisco

 
Ramón Antonio Pérez | Ene 16, 2018

“El problema de la falta de alimentos es terrible en Venezuela. ¿Cómo es posible que un kilo de leche –algo tan esencial para los primeros días y años de vida de los niños- esté costando 900 mil bolívares? Un precio inalcanzable para la mayoría de los venezolanos. Eso tiene que resolverlo el gobierno nacional. Por eso es urgente que se tomen las medidas necesarias para que podamos vivir tranquilos aquí en nuestra tierra”.

De esta manera se expresó el cardenal Jorge Urosa Savino al concluir la misa que presidió este domingo 14 de enero, en la Catedral Metropolitana de Caracas, en el marco de la Jornada Mundial de la Paz convocada por el Papa Francisco a la que asistió parte el cuerpo diplomático acreditado en el país.

El Cardenal Urosa estuvo acompañado del Nuncio Apostólico de Su Santidad en Venezuela, monseñor Aldo Giordano quien ofreció la homilía. 

También asistieron monseñor José Trinidad Fernández, secretario general de la Conferencia Episcopal Venezolana y obispo auxiliar de Caracas, monseñor Enrique José Parravano marino, obispo auxiliar de Caracas y quien a la fecha celebró 25 años de ordenación sacerdotal.

Los asistentes rezaron por la paz del mundo, pero también lo hicieron por la crisis social y política por la que atraviesa Venezuela. “Elevamos nuestras oraciones por los venezolanos que se han visto obligados a salir del país debido a las condiciones y dificultades de todo tipo que hay actualmente en Venezuela”, dijo Urosa. Ojalá que podamos encontrar soluciones a los problemas que tenemos”, acotó.

Elecciones presidenciales no viciadas

Respecto a las conversaciones sostenidas este fin de semana en Santo Domingo (República Dominicana) entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, Urosa sostuvo que “deben resolver los asuntos que atañen directamente a los venezolanos”, aunque “evidentemente un acuerdo político no se logra de la noche a la mañana”.

“Hago un llamado al gobierno para que tenga en cuenta las necesidades que hay con respecto a la emergencia social, el problema del hambre, de la falta de medicamentos”.

Urosa pidió que se resuelva “la inhabilitación de los partidos”; además “del problema de los presos políticos”. También exigió cumplir con las elecciones presidenciales previstas este año, “en condiciones razonables y no con procesos viciados”.

Los saqueos no resuelven nada

En relación con los saqueos que se han producido en los últimos días en Venezuela, el cardenal Urosa propuso a los líderes políticos y sociales, a los medios de comunicación y al gobierno, que se haga un llamado para revertir estas acciones. 

“Los saqueos traen hambre, desabastecimiento y más problemas. Eso no es ninguna solución”, expresó.

Una vez más, Urosa Savino insistió al Gobierno: “Que el control de los saqueos no se haga con armas mortales, con armas de fuego (…) para que no hayan muertos”.  


Solidaridad con los náufragos. Inspirado en el mensaje de solidaridad al que llama la última exhortación de la Conferencia Episcopal Venezolana, motivó a “ayudar a los más necesitados, dando un plato de comida o las medicinas que se puedan tener a mano, porque todos tenemos que ser solidarios en estos momentos tan trágicos que vive el pueblo venezolano”.

Envió un mensaje de aliento a los familiares de los venezolanos que fallecieron como consecuencia de un naufragio en las costas de Curazao, buscando una mejor calidad de vida. “Yo deploro esas muertes y me parece que es algo terrible porque, precisamente, el país no ofrece soluciones, y casos como este es lo que el gobierno tiene que resolver”.

Describió los hechos como “un grito de dolor que se eleva al Gobierno nacional para que resuelva los problemas que llevaron a estas personas a buscar otros horizontes. Pedimos a Dios por el alma de quienes fallecieron y queremos darle el consuelo y el pésame a sus familiares que en estos momentos están desconsolados”, concluyó.

No es una carga, es mi hermano

Por su parte, monseñor Aldo Giordano recordó que con esta jornada mundial por la paz, el Santo Padre quiere ser voz de los más de 200 millones de migrantes en el mundo, de los cuales precisó,  22 millones y medio son refugiados.

“Son hombres y mujeres; niños y ancianos, -que dice el Papa-, buscan un lugar donde vivir en paz. Para encontrar este lugar muchos de ellos están dispuestos a arriesgar sus vidas a través de un viaje que en la mayoría de los casos es largo y peligroso”, dijo.

Elevó durante su intervención el retrato de un niño de 10 años con su hermano pequeño en sus hombros quien murió en el bombardeo atómico de Nagasaki en 1945.

Explicó que el Papa quiso reproducir la foto en una tarjeta acompañada del comentario: “El fruto de la guerra”, a la cual anexó su firma. “Es una foto simbólica de la locura y la tragedia de la guerra y la violencia”. El nuncio entregó una tarjeta a los embajadores.


Al concluir la ceremonia, cada uno de los embajadores se fue acercando para presentar sus saludos al cardenal Urosa Savino, al Nuncio Apostólico y al resto de autoridades de la Iglesia presentes en la Catedral de Caracas. Igual lo hizo la feligresía regocijada de compartir con sus pastores.









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