Benedicto XVI honra trabajo de sacerdotes y fieles en la Arquidiócesis de Caracas



El Santo Padre Benedicto XVI y Gonzalo Pacheco.


Entre los reconocimientos figuran tres sacerdotes distinguidos con el título de Capellán del Papa, a quienes ahora se les podrá llamar: Monseñor; tres Caballeros de San Silvestre; y tres damas que recibirán la Cruz “Pro Eclesia et Pontífice”. Estos son honores que la Santa Sede estableció durante la Edad Media y que el Sumo Pontífice, confiere directamente a través de una Carta Apostólica que dirige al condecorado; y que en este caso, serán entregadas el 20 de noviembre durante una celebración eucarística en la Catedral de Caracas.
Ramón Antonio Pérez
Caracas, 31 de octubre de 2011.- El Papa Benedicto XVI emitió en fecha reciente nueve distinciones honoríficas a tres sacerdotes y seis fieles de la Arquidiócesis de Caracas, quienes “se han distinguido por su vida y dedicación al servicio de Dios y de la Iglesia”, según reporta una nota informativa de esta jurisdicción eclesial.
El título de Capellán del Papa será entregado a los presbíteros Francisco Terán, Vicario General del Arzobispado de Caracas y Párroco de Santa Rosalía; Angelo Mazzari y Daniel Loureiro, canónigos eméritos e insignes servidores de la Catedral de Caracas, quienes se les podrá llamar: Monseñor. También recibirán la Cruz “Pro Eclesia et Pontifice”, la señora Livia de Luy, quien ha trabajado durante 39 años en el tribunal arquidiocesano; Elvia Albornoz de Figueroa y Ángela del Rosario Aguayo de Castro, respectivamente, madres de Monseñor Saúl Figueroa Albornoz, actual Obispo de Puerto Cabello, y Monseñor Fernando Castro Aguayo, Obispo Auxiliar de Caracas.
Pero entre los reconocimientos destaca la Orden San Silvestre en el grado de Caballeros a tres ciudadanos que por años se entregaron al servicio de la fe católica desde la condición de hombres laicos: Manuel Da Silva, quien durante 55 años ha trabajado en la Catedral de Caracas; Elías Sánchez Contreras, con más de 42 años de servicio en el Arzobispado de Caracas; y Gonzalo Pacheco, que además de mantenerse por más de 40 años en las actividades apostólicas de la Legión de María, actualmente es ayudante del Arzobispo de Caracas, Cardenal Jorge Urosa Savino.
La historia personal de los tres nuevos Caballeros de San Silvestre Papa, está llena de anécdotas y actividades cumplidas dentro de la estructura eclesial caraqueña en poco más de medio siglo, con acciones de sacrificios, desprendimientos, heroísmo personal y familiar; y sobre todo, mucha fe en Jesucristo, la Virgen María y fidelidad a la Iglesia.
Da Silva: “Es un regalo de Dios”
Manuel Da Silva trabaja como sacristán de la Catedral de Caracas desde 1957, cuando llega a Venezuela procedente de la Isla de Madeira, en Portugal, de donde es originario. Todavía conserva muy arraigado el acento lusitano a pesar de que más nunca visitó su país. Comentó que un primo suyo quien trabajaba en el diario ‘La Religión’ le presentó a Monseñor Jesús María Pellín, para entonces director de ese periódico. “¿Quieres trabajar como sacristán en la Catedral?, me preguntó el ilustre sacerdote y periodista. Le respondí que sí, y desde entonces he trabajado en esta Catedral”, narró.
También trabajó por casi veinte años en la casa de Monseñor Pellín,  en Dos Pilitas, frente a lo que ahora es el Tribunal Supremo de Justicia. Allí convivió junto a otros familiares del sacerdote cumpliendo diversas tareas. “Todos los días, entre 10 y 11 de la noche, Monseñor Pellín me pagaba un taxi, para que le llevara los editoriales a la imprenta de ‘La Religión’ porque el periódico debía salir temprano al otro día”.
Recuerda que la palabra de Monseñor Pellín era de mucha influencia en Caracas y a su casa asistían personalidades muy importantes del país. El sacristán se mudó cuando contrajo matrimonio con una muchacha también de Portugal, de profundas convicciones cristianas, con la que duró más de treinta años casados. “El propio Monseñor Pellín me casó en la capilla de su casa. Hoy tengo diecisiete años de viudo, después de treinta años de matrimonio”. A pesar de que no tuvo hijos, no obstante Manuel Da Silva estima que “el trabajo y la dedicación a la Iglesia, los considera como un regalo de Dios”.
A la Catedral de Caracas llega todos los días a las 6 de la mañana; arregla lo necesario para abrir el templo a las 7 y acompaña las actividades religiosas, de limpieza y orden. “El Cardenal Urosa también me autorizó como ministro extraordinario de la comunión”. Dijo sentirse agradecido de que el Santo Padre lo haya tomado en cuenta para este reconocimiento del cual no conocía su existencia. “Esa gran noticia me la comunicó el propio Cardenal Jorge Urosa”, dijo con mucho orgullo el señor Manuel Da Silva.
Elías: “He conocido a muchos Arzobispos”
Elías Bernardino Sánchez Contreras es otro venezolano cuya labor silente en beneficio de la Iglesia católica ha sido reconocida por Benedicto XVI. Es oriundo de  La Grita, estado Táchira, donde nació el 16 de enero de 1946. Su historia es muy particular ya que desde pequeño la familia ha estado vinculada con la Iglesia. “Tengo familiares sacerdotes y religiosos de vida consagrada; en mi familia siempre los ha habido”, indicó.
Con marcada seriedad en su rostro y de poco hablar, el “Señor Elías” como le llaman sus compañeros, todos los días se presenta a sus labores y va directamente a las oficinas de la administración del Palacio Arzobispal. “¿Qué recados tengo para hoy?”, pregunta.
Las instalaciones del “Palacio” las conoce al dedillo. En ocasiones comenta sobre las refacciones que ha sufrido la estructura a lo largo de estos últimos cuarenta y cinco años. Hablar de cómo quedó despúes del terremoto de 1967, incluye también espacios de la Catedral Metroplitana y donde ahora es el Museo Sacro, todos reducidos a escombros.
“Todo ha cambiado”, dice Elías, mientras el ramillete de recuerdos se le va cayendo junto a sus palabras. Pero cuando habla de sus inicios muestra mucho orgullo. “Comencé a trabajar en el Arzobispado de Caracas el 1 de junio de 1959, en el cargo de mensajero, aunque también cumplía labores de jardinería y auxiliar de puerta”, indica.
Precisó que su tía Ramona Contreras, quien laboraba en la cocina del Arzobispado le facilitó conocer al Cardenal José Humberto Quintero... “desde entonces he conocido y trabajado para todos los arzobispos de Caracas. A todos los aprecio y respeto ya que cada uno ha tenido su particular forma de ser y tratar conmigo. Han sido hombres entregados a Dios y al servicio de los más necesitados”.
Indicó que en la capilla del Palacio Arzobispal, “que antes quedaba abajo”, se casó con Ana Contreras, el 6 de diciembre de 1972. De esa unión nacieron dos hembras y un varón; y sobre ellos ha intentado influir “para que Dios sea el centro de sus vidas”.
Dijo sentirse honrado de que el Papa lo tomara en cuenta por sus actividades y le confiriera su distinción honorífica como Caballero de San Silvestre. “La noticia me la dio el Cardenal Urosa. Me sentí sorprendido porque me había dejado un mensaje para que lo llamara. Pensé que era algún trabajo a realizar y me conseguí con esta grata sorpresa”.
Pacheco: “Una honra para mí y mi familia”
Gonzalo Pacheco también es una de las personas que han sido reconocidas como Caballero de San Silvestre por el Santo Padre Benedicto XVI. Nació el 5 de enero de 1948, en la parroquia Santa Rosalía de Caracas. Trabaja directamente con el Cardenal Jorge Urosa Savino, y aunque le conoce hace más de treinta años, le acompaña desde 2005, cuando el Purpurado lo invitó a ser su asistente.
Aquella tarde del viernes 7 de diciembre de 2007, Pacheco como siempre, acompañaba al Cardenal Urosa. Al salir de las oficinas del Palacio Arzobispal, el príncipe de la Iglesia fue “violentamente agredido verbal y físicamente”, por un grupo de personas afectas al gobierno. “El Señor Cardenal me dijo: ‘¡Pacheco quédate  tranquilo, más bien vamos a orar!’. Dentro del vehículo comenzamos a rezar mientras los golpes y patadas alcanzaban al carro.  Nosotros seguíamos rezando, y al rato, los casi veinte agresores se fueron poco a poco sin alcanzar a causarle daño alguno al Arzobispo de Caracas”.
Pacheco recuerda esta historia con mucha frecuencia, siendo quizás uno de los momentos más fuertes que le ha tocado vivir en su itinerario de fe; pero su vida y caminar en Jesucristo se remonta a más de cuarenta años como miembro de la Legión de María, de donde pudo haber emanado esa fuerza y serenidad cuando más se necesitaba. “He sido presidente de la Curia Regina de Catia; presidente y vicepresidente de la Curia Estrella de la Evangelización, en Caricuao; además he sido vicepresidente y tesorero asistente del Senatus de Venezuela”. “Soy un soldado de Cristo y de María”, dice con orgullo.
Conoció personalmente a Benedicto XVI, ya que viajó a Roma hace un año, y junto él se muestra orgulloso en una fotografía. “Siempre el hombre o la mujer que trabajan para la Iglesia no buscan un premio sino ser servidores, soldados e Hijos de Dios, y este reconocimiento justo al año de conocer al Papa, es una honra para mí y mi familia”, dijo. 
Los presbíteros Ángelo Mazzari y Daniel Loureiro, canónigos eméritos de la Catedral de Caracas, junto al señor Manuel Da Silva, en amena conversación. Estos sacerdotes también han sido distinguidos por Benedicto XVI, con el Título de Capellán del Papa.

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